La rehabilitación de viviendas, edificios y hasta barrios es un modo de hacer ciudad, de poner coto al crecimiento desmedido de las urbes y también de generar empleo. Es una manera de reactivar el mercado de la rehabilitación y puede generar un efecto arrastre para comercios y servicios.

Pero rehabilitar, cuando se trata de planes amplios y ambiciosos, exige grandes inversiones, como recuerda el blog de Anida. Hace falta imaginación. Es lo que ha tenido Roubaix (Francia), ciudad de unos 100.000 habitantes. Su ayuntamiento ha comprado viviendas en mal estado que se propone ahora vender a cambio de un euro. Eso sí, el ciudadano que compre una vivienda por ese solitario euro se compromete a cambio a rehabilitarla.

Roubaix se ha inspirado en lo que ya hizo en 2013 la ciudad inglesa de Liverpool. En ese caso, su ayuntamiento vendió un lote de 20 casas antiguas en malas condiciones por una libra cada una. El comprador tenía un plazo de 3 años para rehabilitar la vivienda y no podía venderla hasta pasados 5 años.

En la ciudad francesa, está previsto fijar plazos similares para los futuros compradores, y que éstos tengan la obligación de presentar proyectos de reforma. Este tipo de proyectos basan su atractivo en la posibilidad de convertirse en propietario por una inversión menor.

En España, este tipo de iniciativas quedan restringidas de momento al medio rural. En A Xesta (Pontevedra), se han ofrecido viviendas en alquiler, a precios simbólicos, a cambio del compromiso por parte de los inquilinos de mantener en buen estado las casas. Olmeda de la Cuesta (Cuenca) vende parcelas abandonadas para construir desde 200 euros. El consistorio quiere así atraer a una nueva población.