A pesar de que este servicio, denominado Bizilagun, es gratuito, en poco menos de una hora se vio pagando una cuota de nueve euros en una cámara de la propiedad que nada tiene que ver con la promovida por el Gobierno vasco.

Quien le «engañó» fue un señor que, «apostado a las puertas» de Bizilagun –calle , 9–, le informó de que ese servicio público «había dejado de existir». La alternativa, le señaló, la tenía enfrente.

En una pequeña oficina, a la denunciante la remitieron a otro despacho en la calle Marqués del Puerto. Ahí, en la sede de la Asociación de Propietarios y Usuarios de Cámara Urbana de Vizcaya, efectivamente, le atendieron. Eso sí, previo pago de una cuota.

Fue a los pocos días cuando se enteró del engaño. Regresó a las oficinas del servicio público de la calle Henao y ahí estaba. «El mismo señor que dijo que ya no se daba este servicio», explica. «No es por el dinero, sino porque te mienten para robar un cliente», se queja la presidenta.

Ayer, este periódico esperó todo el día , sin éxito, la respuesta de la asociación privada de propiedad horizontal.

Dónde consultar sobre vivienda

Los vizcaínos cuentan desde finales del año pasado con dos sistemas para resolver sus problemas en torno a la propiedad urbana y la propiedad horizontal: el nuevo servicio, público y gratuito, creado por el Gobierno vasco, y una asociación privada, derivada de lo que hasta finales del año pasado era la tradicional Cámara de la Propiedad, disuelta mediante decreto. Esta cámara se ha formado con antiguos trabajadores del sistema anterior.