Cañizares reiteró la acusación lanzada por los obispos el pasado jueves. Decían que la asignatura busca manipular la conciencia y llamaban a la rebelión a través de la objeción de conciencia.
El cardenal defendió la necesidad de que sea voluntaria y de que, en caso contrario, se preserve el derecho a objetar –algo que no se contempla en la ley actual–, al incluirse en ella enseñanzas «morales laicas» que pueden chocar con las convicciones morales de los padres.
Lo que no le gusta a los obispos
«Relativismo»: La asignatura se basa en la «ideología de género y el relativismo, que es una opción moral, pero inmoral», porque «no cita la trascendencia del ser humano». (Juan Antonio Martínez Camino, portavoz de los obispos).
«Sí a la objeción»: «Se puede recurrir a todos los medios legítimos para defender la libertad de conciencia y enseñanza, sin excluir la objeción » (Conferencia Episcopal).
«Inconstitucional»: «La imposición de una asignatura obligatoria de formación antropológica y moral para todos significa no cumplir el artículo 27 de la Constitución en combinación con el 16» (cardenal Rouco Varela).
Marxista: «Se debería llamar ‘ateísmo científico’, recordando las cátedras de adoctrinamiento marxista en la extinta URSS» (Agustín García-Gasco, arzobispo).
Monjas con su propio ideario
Durante los últimos días se han dado numerosas objeciones, ya sean individuales o familiares.
El martes se supo, sin embargo, de un colegio murciano, el San Vicente de Paúl de Cartagena, que ha defendido al Gobierno y rechazado la objeción de conciencia que le presentaban unos padres en nombre de sus hijos.
La directora del centro, gestionada por las Hijas de la Caridad, dijo que cuando salga la asignatura la impartirán según su ideario.
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