Una veintena de ríos y embalses frecuentados por los madrileños no son aptos para el baño

  • La Comunidad de Madrid solo cuenta con seis zonas naturales autorizadas para el baño, pese a que los madrileños acuden a más de una veintena.
  • Ecologistas en Acción denuncia que espacios autorizados como San Juan y la Playa de Alberche se han convertido en un vertedero: "El entorno es un basurero".
  • Entre las pozas naturales que presentan condiciones de higiene más adversas se encuentran los embalses de Picadas, Atazar o Riosequillo.
Gente bañándose en la zona de Picadas, en el río Alberche.
Gente bañándose en la zona de Picadas, en el río Alberche.
SIERRE OESTE SOSTENIBLE
Gente bañándose en la zona de Picadas, en el río Alberche.

Los madrileños no solo buscan refugiarse del intenso calor que sufren este verano en las piscinas de la región. Los embalses y ríos han sido históricamente lugares muy frecuentados para sofocar los efectos de la canícula. Sin embargo, no todos estos espacios naturales son seguros para la salud: más de una veintena de zonas de baño habituales no están sometidas a ningún tipo de control sanitario. Según ha informado el Gobierno regional, solo está autorizado el baño en seis zonas: Las Presillas (Rascafría), Los Villares (Estremera), el Embalse de San Juan y sus dos puntos de recreo de Virgen de la Nueva y El Muro (San Martín de Valdeiglesias), La Charca Verde (Manzanares el Real) y Playa de Alberche (Aldea del Fresno).

Estos espacios cuentan "con el reconocimiento oficial de zonas naturales aptas para el baño conforme a los análisis que efectúa la Consejería de Sanidad, que acreditan su condición de alta salubridad y seguridad", señala el Ejecutivo regional. Sin embargo, desde Ecologistas en Acción denuncian que el Embalse de San Juan y la Playa de Alberche se han convertido en un vertedero. "El entorno de las zonas de baño de San Martín de Valdeiglesias y San Juan es un basurero. Son zonas que están saturadas por la gente, sobre todo los fines de semana, y que no cuentan con los recursos necesarios para mantenerse en buenas condiciones", explica María Ángeles Nieto, portavoz de Ecologistas en Acción. Este colectivo se muestra preocupado especialmente por la situación que se vive en el Embalse de San Juan: "Es la zona que más nos preocupa. El agua de San Juan está destinada al consumo y, sin embargo, se permite el uso de barcas a motor, que desprenden aceite".

Más preocupante es el panorama en más de una veintena de zonas naturales de baño habituales de la región. En estos espacios, ni la Comunidad de Madrid ni los Ayuntamientos competentes realizan ningún tipo de control sanitario de las aguas, por lo que está prohibido por ley. "La gente está acostumbrada a bañarse en esas zonas y siguen haciéndolo a pesar de que no está autorizado y puede resultar peligroso", señala Nieto. La ley autonómica de Protección de Embalses y Zonas Húmedas considera una infracción leve "bañarse en las aguas fuera de los lugares habilitados". Según fuentes de los forestales, la sanción es de 300 euros, aunque en la mayoría de los casos queda en una simple advertencia.

Entre las pozas naturales cuyas aguas presentan condiciones de higiene más adversas se encuentran el embalse de Picadas y el de El Atazar, con una capacidad de 425 millones de m³, lo que supone el 45% del total del agua embalsada por el Canal de Isabel II. En el caso de Picadas se trata una zona de recreo con un alto nivel de contaminación provocado por la masificación de personas, la alta concentración de vehículos y la presencia de residuos en sus alrededores. Además, el embalse recibe el agua procedente de la depuradora de Pelayos de la Presa. Según ha reconocido el propio Canal de Isabel II en sus informes, la estación vierte aguas poco salubres al río Alberche.

"En este lugar la situación es catastrófica, principalmente en las zonas recreativas junto a la M 501 (km 50) que se ven desde la carretera y resultan, en la distancia, muy atractivas. No hay ningún cartel que prohíba el baño ni hay vigilancia ni servicios de ningún tipo cuando se trata de un punto muy concurrido. En verano vienen autobuses lleno de niños a realizar actividades. Lo que no saben es que se están bañando en un espacio donde se vierten aguas residuales que no están completamente limpias, algo que incluso ha reconocido el propio Canal", afirma Concha Velasco, del colectivo Sierra Oeste Sostenible. "Es frecuente que allí y en otros lugares se den brotes de salmonelosis porque los excrementos del ganado acaban en el agua. La gente suele tragar agua y se intoxica", añade Nieto. Por su parte, en el pantano de El Altazar la prohibición del baño no se debe a la suciedad, sino a que las aguas del embalse están destinadas al consumo humano. Esta presa tiene una capacidad de 425 millones de m³, que representa el 45% del total del agua embalsada por el Canal de Isabel. En ocasiones hay bañistas en otros embalses como el de Riosequillo (Buitrago), Santillana (Manzanares el Real), Pinilla (Pinilla del Valle) y Valmayor (Valdemorillo y El Escorial).

Problemas de seguridad

Otro punto tradicional de baño es el río Tajo, que cuenta con varios lugares frecuentados por bañistas como El Castillo, La Isla, La Pavera (Aranjuez), La Tejera (Fuentidueña de Tajo), Los Chorros o Playa de Estremera (Estremera). También hay bañistas ocasionales en el Jarama, a la altura de Puebla de la Sierra, Torremocha y Talamanca; en el río Guadarrama, en El Molino, Navalperdiz (Navalagamella) o Las Becerras (Cercedilla); o en el río Manzanares, en La Pedriza (Manzanares el Real).

Además de problemas de salubridad, algunas de estas zonas de baño, como ocurre en el Jarama a la altura de Patones, no son seguras debida a las fuertes corrientes que se originan en determinados puntos. "Los bañistas no son conscientes de que hay determinados puntos en los que peligra su seguridad debido a las corrientes y remolinos que se forman. Se producen succiones de agua que son peligrosísimas para la integridad física de las personas. Se corre el riesgo de fallecer por un ahogamiento", aseguran desde Ecologistas en Acción. También hay problemas con la seguridad en la Lancha del Yelmo y La Veguilla (San Martín de Valdeiglesias): "El acceso a estas zonas es complicado debido a que tienen que cruzar pistas forestales. Es peligroso porque no hay un plan de evacuación para la gente en caso de incendio", precisa Velasco.

Reguladas por una directiva europea

Las aguas de baño está reguladas por la Unión Europea desde la década de los ochenta, aunque la normativa vigente es la Directiva 2006/7/CE del Parlamento Europeo. Atendiendo a las directrices europeas, para calificar una zona de baño natural como tal, debe contar con buena calidad del agua y afluencia de bañistas, y estar dotada de instalaciones como fuentes de agua de consumo, servicios higiénicos y de recogida de residuos. Cada año, la Consejería de Sanidad procede a su calificación en función de los muestreos realizados, que remite al Ministerio de Sanidad, y éste a su vez, a la Comisión Europea. El Ministerio cuenta con un Sistema de Información nacional de Aguas de Baño (Náyade) como herramienta informática para la gestión en información de la calidad del agua en las comunidades autónomas y demás organismos.

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