El cansancio, la desilusión, la certeza de que no vas por buen camino y debes empezar de cero, incluso la muerte... Las razones para no terminar un cuadro y dejarlo inacabado pueden ser de todo cariz y no diferenciarse demasiado de los motivos por los cuales posponemos cualquier cita, deber, obligación o fecha de entrega. Sin embargo, las pinturas inacabadas tienen a veces un plus de interés que no sólo tiene que ver con lo enigmático.

Para los críticos de arte, el óleo Dama con un parasol, que Edgar Degas empezó a pintar en 1870 y nunca terminó, destila un enorme poder expresivo precisamente por la crudeza del perfil de la mujer, presentada sólo como una mancha de tono oscuro. El cuadro, que quizá el fundador del impresionismo pensó en culminar en algún momento posterior, apareció entre los lienzos abandonados por el pintor en el estudio tras su muerte, en 1917.

Más notable resulta todavía la Sagrada Familia con San Juan Bautista, del renacentista florentino Perin del Vaga (1501-1547), que ofrece una extraordinaria visión de las técnicas de pintura de la época. El artista dejó culminadas casi por completo las figuras y facciones de un niño Jesús y un ángel, mientras que la Virgen sólo está trazada en boceto y los demás protagonistas de la tela son sólo manchas de volumen sobre el lienzo desnudo.

Unfinished (Inacabado) es la sugerente propuesta de la Galería Courtauld de Londres para disfrutar de obras de arte que nunca fueron rematadas y que, para nuestra suerte, tampoco se perdieron o fueron entregadas a la destrucción. La exposición, hasta el 20 de septiembre, reúne cuadros y esculturas que nunca llegaron a recibir el visto bueno final de maestros como, además de los citados, Monet, Cezánne, Manet, Daumier, Rembrandt y Turner.

Dicen que Leonardo evitaba conscientemente rematar cualquier cuadro. Estaba convencido de que el ideal de perfección era una manía y enganchaba al pintor a un inacabable intento de mejorar la obra, añadiendo, rehaciendo o borrando elementos, costumbre casi neurótica de la que podía proceder tanto la gloria como el estropicio. Los prisioneros o esclavos de Miguel Ángel tienen aspecto de resultar obras ajenas al tiempo precisamente porque se trata de esculturas non-finitas, bastas y esenciales.

"Pese a que puede resultar sorprendente mostrar obras inacabadas en una galería, estos trabajos nos dicen mucho de los procesos creativos de los artistas", dicen desde la Courtauld. "Estas piezas no tienen paralelo para comprobar las técnicas y los procesos artísticos, sobre todo de los creadores que rompieron o pusieron en duda las convenciones académicas", precisa la coordinadora de la exposición, Karen Serres, quien considera que será fácil para los visitantes entender las "revelaciones" que esconden las piezas..

Lo inacabado no siempre es producto de la interrupción. En ocasiones es una decisión deliberada para "invocar el potencial expresivo" de lo que no puede ver claramente. Los impresionistas eran a menudo acusados por los críticos de presentar obras no terminadas, cuando eran ellos mismos quienes decidían jugar con la ambigüedad de los elementos difusos o no concluidos.

El cuadro de Cézanne Ruta sinuosa (1905) presenta grandes espacios del lienzo vacíos, lo que era suficiente, según los canónicos, para considerarlo un cuadro inacabado. Fue esa característica, sin embargo, una de las que más contribuyó a la fama póstuma del pintor, uno de los grandes maestros del espacio negativo y una influencia notable para todas las vanguardias artísticas del siglo XX.