José Luis Rodríguez Zapatero le reconocía a Gabilondo durante la entrevista en Cuatro del jueves que ETA había planteado "unos fines políticos" que nunca iban "a obtener" mientras él fuera presidente del Gobierno.

Aún con la resaca informativa, los medios nacionales analizan en sus versiones impresas y digitales las palabras y la actitud del jefe del Ejecutivo, que reconoció durante la entrevista que iba "a actuar con firmeza".

Según Urbaneja, en su blog de 20minutos, "el ritmo de Zapatero es incómodo para las entrevistas" y Gabilondo no consiguió alterar "ni un milímetro su guión".

Escribe Urbaneja que Zapatero "dijo lo que quería decir sin dejar espacio a la sorpresa o a la ocurrencia", sin entrar "a ninguno de los capotes".

Zapatero "habla despacio, muy despacio, introduce silencios [...] insinúa que podría decir pero no dice y expone con argumentaciones circulares [...] que tienden a volver al punto de partida", escribe el periodista, que tilda la "conversación" como "aburrida para el espectáculo, para verlo en la tele".

"Gabilondo se fue insatisfecho, Zapatero sigue sonriendo y Rajoy medita para qué ir de visita a la Moncloa", concluye.

Juan Cruz también recoge la intervención de Zapatero en su blog de El País.

Afirma en su entrada titulada "Se le hinchó la cachimba" que le "pareció bien" la actitud de Zapatero.

"Dijo que ha escuchado demasiado", afirma Cruz, quien añade que "estaba cabreado, también, porque lo que él ha hecho [...] se parece como el retrato que da un espejo a lo que hicieron sus antecesores, incluido Aznar".

El adjunto a la dirección de El País cree que el presidente del Gobierno "ha reaccionado con vigor" y su actitud le parece "natural" porque "cada vez que ha dicho algo, su oponente le ha puesto más lejos las condiciones para el consenso.

García Abadillo, en su columna del diario El Mundo, acusa a Zapatero de no haber estado "a la altura de un presidente del Gobierno", porque se comportó "como un dirigente de partido resentido, dolido, incapaz de trascender de su propia situación personal.

"¿Cómo se puede hacer una aparición pública tan decepcionante en un momento tan trascendental? Si él no era consciente de ello, ¿por qué nadie le advirtió de que [...] iban a escrutar sus palabras con lupa?" se pregunta en la columna.

Reconoce que Gabilondo hizo "notables esfuerzos por sacar al presidente de su ensimismamiento lastimero" y afirma que lo peor "no fue su autocompasión y su falta de sentido autocrítico" sino que "se cargara de un plumazo las esperanzas [...] de que aún podía rehacerse el diálogo y el consenso en la lucha antiterrorista".

"Parece que lo único que le preocupa (a Zapatero) es que los españoles culpen al PP y sientan pena por él. Realmente, uno espera más de un hombre que se supone que debe guiar al país con firmeza y altura de miras, incluso en los momentos más duros", concluye.

Rexach analiza la entrevista en La Vanguardia, asegurando que "hacía mucho tiempo que un presidente de gobierno no estaba tan necesitado de ofrecer una buena imagen".

Sobre las preguntas que "le habría gustado no responder", Rexach dice que Zapatero "cuando le convino, no las respondió o lo hizo de lado".

"O Zapatero no se ha leído las aventuras de Chamberlain en Munich o su fe en la humanidad amenazaba con resultar incomprensible para el común de los mortales, asevera.

El diario catalán, en un artículo firmado por Salomé García y Luz Sanchis , que Zapatero "coló en casi todas sus respuestas ácidas críticas a la actitud del principal partido de la oposición" pero que "de la rectificación" que le exige el Partido Popular no hubo "ni un atisbo".

En el artículo dedicado a la entrevista de ayer, el diario fundado por Luca de Tena afirma que Zapatero "redujo al mínimo las expectativas de reencuentro entre el Ejecutivo y el primer partido de la oposición".

De la actitud del presidente, ABC dice que fue "victimista, con continuas apelaciones a su comportamiento cuando era líder de la oposición".

"Su línea de ataque al PP la llevó pareja a una buena dosis de 'cuando yo estaba en la oposición" es una de las frases que recoge La Razón al respecto del comportamiento del jefe del Ejecutivo con Gabilondo.

En El Descodificador, Albéniz destaca que Zapatero tuteó a Gabilondo, aunque este último le trató "de usted".

"Se defiende antes de que lleguen a atacarle. Parece espeso, decepcionado, cansado... A veces también sereno, prudente y creíble" resume en una contraposición de actitudes.

Del entrevistador dice que "no hizo sangre [...] pero tampoco cubrió la espalda del Presidente de palmaditas".

"No son malas entrevistas. Algunas ráfagas, incluso, desnudaron a Zapatero", concluye.