Motril se convirtió ayer en el escenario de un película de gánsteres con el robo a un banco y una persecución policial que terminó con siete heridos, cuatro graves.

Ocurrió entre las 13 y las 14 horas, cuando la Policía recibió varios avisos de ciudadanos que se encontraban en la sucursal bancaria, ubicada en la calle Martínez Cuevas, para decirles que un grupo de personas habían entrado en el banco disfrazados con boinas y gafas y los estaban atracando.

El tiroteo se produjo cuando los ladrones se disponían a abandonar el establecimiento y comenzaron a disparar a los agentes que se habían desplazado hasta las inmediaciones de la sucursal. Al menos dos de los atracadores consiguieron huir a pie, aunque uno de ellos resultó herido por arma de fuego en una mano y en el abdomen y, tras ser detenido, se encuentra ingresado en el hospital de Santa Ana (Motril) en estado grave.

La Policía también logró capturar a otro atracador  más tarde, en la calle Antilla (cercana al banco), tras secuestrar a punta de pistola a una familia en su vivienda durante dos horas, después de lo  cual les pidió disculpas y se marchó, para ser  apresado  poco después.

Herido un niño

El tiroteo causó siete heridos (cuatro agentes, un viandante, un atracador y un niño de 11 años). El policía J.L.R., de 53 años, recibió un disparo en el cuello y está ingresado en estado muy grave en el Virgen de las Nieves. También está grave el agente A.J.P.M., al que un proyectil le atravesó un muslo y fue operado de urgencia, y J.F.F., un peatón que pasaba por allí y que recibió un balazo en el abdomen.

La Policía investiga aún el número de personas que participaron en el robo.

Esclarecen doce robos

La Guardia Civil ha logrado aclarar una docena de robos ocurridos desde el pasado mes de enero en los municipios de Diezma, Darro y La Peza. Un hombre de 21 años ha sido detenido como supuesto autor de los asaltos, aunque su hermana y el hijo de ésta, menor de edad, que previsiblemente están implicados, huyeron. Se dedicaban a sustraer objetos y mobiliario de las casas de sus víctimas, muchos de los cuales han aparecido en los registros. El valor de lo robado supera los 6.000 euros.