"Para sacar partido de la serendipia, viaja ligero". El axioma del diseñador y escritor Jean Chipchase, un antiguo desarrollador de Nokia que optó  en 2010 por convertirse en consultor privado para empresas e instituciones que busquen prospecciones de mercado en un marco futuro de entre 10 y 30 años, abre el prólogo del libro The New Nomads - Temporary Spaces and a Life on the Move   (Los nuevos nómadas - Espacios temporales para una vida en movimiento), una guía de alternativas para moverse con flexibilidad, en ocasiones con la casa a cuestas.

Según los autores del volumen —los diseñadores Robert Klanten, Sven Ehmann y ­Michelle Galindo—, la movilidad es "la forma definitiva de libertad: libertad sobre la rutina, los valores tradicionales y las limitaciones geográficas" y la "generación de internet ya no necesita tener un hogar", sino "una conexión wifi que funciones y buen café". Partiendo de estas etnocéntricas y algo esnobistas afirmaciones —sólo el 42% de la población mundial tiene acceso a la red según los últimos datos— y dirigiéndose al público pudiente de los jóvenes profesionales occidentales, han decidido presentar algunas de las opciones para vivir flexiblemente.

La vida de los "nómadas urbanos", como llaman al colectivo al que se dirigen, es compatible con la "alta tecnología" y se adapta a la perfección a las "viviendas flexibles" o las unidades móviles de habitación que los diseñadores y arquitectos lanzan al mercado cada vez con mayor frecuencia. El libro, resumen, presenta ejemplos de construcciones efímeras y baratas de todos los materiales que serán "las herramientas de una generación que se siente en casa en cada rincón del globo".

Tiendas (con ducha integrada) que pueden ser arrastradas por una bicicleta, plegadas en un bolso o colocadas sobre un banco del parque, barcazas que sirven de casas flotantes, espacios de trabajo en equipo construidos modularmente, derivaciones modernas de viviendas de pueblos indígenas, una habitación de hotel no mucho más voluminosa que una casa de muñecas, carromatos adaptados para reuniones sociales o comunitarias, un vivero de cultivo fabricado con materiales ligeros que pueden acomodarse plegados en las alforjas de un caballo...

Estamos ante la opción, intentan convencernos, de los "desarrolladores web, diseñadores, músicos, periodistas y otros emprendedores creativos que necesiten, sobre todo, inspiración, nuevas ideas, contactos e intercambio internacional", de manera que puedan "viajar de un espacio compartido de trabajo al siguiente, cambiando tanto de países y continentes como de residencia, amigos y culturas".

El perfil que trazan de los posibles clientes de los centenares de artilugios que aparecen en The New Nomads aclara aún más, por si era necesario, de qué tipo de ciudadanos están hablando. "Pueden trabajar seis meses en una oficina compartida en Berlín, pasar el verano en una caravana en Chile y llegar a tiempo para presentar a un cliente potencial el último proyecto en una oficina temporal en Nueva York. Crecer con internet y herramientas digitales implica vivir y trabajar de forma diferente", explican desde la editorial, la alemana Gestalten, que acaba de publicar el libro [224 páginas, 39,90 euros de PVP].

La antología de nuevas soluciones habitacionales y laborales documenta una "tendencia"  la "generación nómada ha desarrollado para sus necesidades específicas", creando espacios multiuso, viviendas temporales, objetos que pueden cumplir varias funciones —una silla que es también lugar de almacenamiento, una mesa-cama, un armario-escritorio...—, vainas que funcionan como hoteles por horas en los aeropuertos...

Se trata de comprobar como ha cambiado de sentido la tradicional expresión "echar raíces", dicen desde la editorial: "Ahora significa adquirir una residencia efímera de fin de semana, un jardín comunitario o una casa en el árbol".

Lo que actualmente puede ser percibido como una excepción —la arquitectura y el diseño de bajo nivel, sostenibles y livianos— "se está convirtiendo en la norma". El libro explora un fenómeno que "está empezando a tener un impacto en el trabajo de arquitectos, urbanistas, diseñadores de productos, y los empresarios de todo el mundo", concluyen.