Bolivia celebra el mascado de coca para reivindicar que la planta no es droga

  • Centenares de campesinos bolivianos celebraron en varias ciudades del país el Día Nacional del Acullicu o mascado de la hoja de coca.
  • Los sindicatos de cocaleros y vendedores de hoja de coca realizaron eventos en plazas y calles en varias ciudades.
Campesinos celebran el "Día Nacional de Acullicu" o masticado de la hoja de coca.
Campesinos celebran el "Día Nacional de Acullicu" o masticado de la hoja de coca.
EFE/Jorge Abrego
Campesinos celebran el "Día Nacional de Acullicu" o masticado de la hoja de coca.

Centenares de campesinos bolivianos celebraron en varias ciudades del país el Día Nacional del Acullicu o mascado de la hoja de coca, para demostrar que es un hábito que no daña la salud y que la planta en su estado natural no es una droga.

Para conmemorar este día, los sindicatos de cocaleros y vendedores de hoja de coca realizaron eventos en plazas y calles en La Paz, Cochabamba (centro), Santa Cruz (este) y al menos otras cuatro ciudades bolivianas, en los que repartieron hojas de coca y expusieron productos industrializados de la planta.

En uno de los actos en La Paz, el jefe de la Dirección General de la Hoja de Coca e Industrialización (Digcoin), Ricardo Albino Paniagua, recordó que el "Día del Acullicu" se instauró para celebrar la "despenalización" del masticado de la planta por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

"Ahora ya podemos 'acullicar' sin que nadie cuestione, sin que nadie nos critique, sin que nos digan locos o drogados porque pensaban que el que acullicaba estaba drogándose. Pero qué error, qué falta de conocimiento", sostuvo Paniagua, quien defendió las propiedades nutritivas y curativas de la planta.

El 12 de marzo de 2013, la ONU aceptó el reingreso de Bolivia a la Convención sobre Estupefacientes de 1961 con una salvedad sobre la práctica del mascado de coca o "acullicu", vetada hasta entonces en ese documento.

Bolivia se había retirado de la Convención en 2011 y pidió reintegrarse de inmediato, aunque con una reserva que reconociera la legitimidad del "acullicu" como una costumbre cultural y ancestral en el país, reconocida en la Constitución promulgada en 2009.

Aunque aceptó este reconocimiento, Naciones Unidas mantiene a la hoja de coca en la lista de sustancias controladas, ya que contiene alcaloides que son la base para la producción de cocaína, y también ha mantenido el veto a la exportación de la planta.

El presidente boliviano, Evo Morales, que aún es el máximo dirigente de los cocaleros de la zona central del Chapare, ha abogado varias veces por se permita el comercio internacional de la coca al considerar que posee cualidades medicinales y nutricionales.

En otro evento también realizado en La Paz, el canciller boliviano, David Choquehuanca, señaló que ahora se insistirá en la despenalización de la planta.

"Hemos logrado que los países de las Naciones Unidas nos apoyen en nuestro pedido y ganamos, por ello se despenalizó el 'acullicu', pero debemos dar otros pasos para la despenalización de la hoja de coca", sostuvo Choquehuanca, según la agencia estatal ABI.

La hoja de coca tiene en Bolivia usos culturales, religiosos, medicinales e industriales, pero además una parte de los cultivos es desviada al narcotráfico para fabricar cocaína.

La ley del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas solo reconoce como legales 12.000 hectáreas de coca de la zona tropical de Los Yungas, pero en Bolivia existen 23.000 hectáreas, parte de ellas en el Chapare, según datos a 2013 difundidos por la UNODC.

El Gobierno ha expresado varias veces su deseo de elevar de 12.000 a 20.000 las hectáreas permitidas legalmente, aunque un estudio financiado por la Unión Europea y el mismo Ejecutivo estableció que Bolivia no necesita más de 14.705 hectáreas para cubrir la demanda de la planta para usos legales.

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