La Fiscalía, la acusación y el abogado defensor de la parricida del barrio del Carmel (Barcelona) que ahogó a sus dos hijos en la bañera en 2013 han acordado pedir, en sus conclusiones en juicio, una pena de 20 años de cárcel por los dos asesinatos que ella reconoció ante el juez.

Con el pacto alcanzado este jueves antes de la última sesión del juicio, que comenzó el pasado lunes en la Audiencia de Barcelona, la fiscal ha rebajado su solicitud de pena, que en un principio era de 40 años de cárcel por dos delitos de asesinato con el agravante de parentesco; ahora, el tribunal popular deberá pronunciar su veredicto y el juez dictar sentencia.

En sus conclusiones e informes finales, la fiscal ha considerado que Rina M. —bolivariana con situación irregular en España— tenía sus "facultades mentales moderadamente afectadas" por su dependencia hacia su marido cuando cometió los crímenes el 7 de abril de 2013, pero no un trastorno de personalidad, y conservaba su capacidad para distinguir entre el bien y el mal.

Eso sí, sufría dependencia emocional de su marido, que la había sometido a un "maltrato psicológico continuado", sumado a una situación económica muy precaria en los últimos meses, según las conclusiones que la fiscal ha expuesto al tribunal del jurado.

Considera que Rina M. no los mató como castigo a su marido —que estaba con otra mujer— sino para llamar su atención, a lo que se añade una actitud de sobreprotección de su hija de 11 años y su hijo de 9: "Se equivocó en no proteger a sus hijos de sí misma", ha dicho la fiscal, que ha pedido al tribunal un veredicto de culpabilidad.

En su interrogatorio el pasado lunes, la acusada admitió los crímenes: "No quería que sufrieran más", dijo, porque no veía salida ya que su marido les abandonó, la seguía maltratando, les iban a desahuciar en semanas de la plaza Pastrana, no tenía trabajo, estaba en situación irregular y temía perder la custodia de los niños.

Reconoció también, entre lágrimas, que dio a sus hijos un sedante y, cuando se durmieron, los sumergió en la bañera y los ahogó, y añadió que su plan era acabar con su vida acto seguido: "Está claro que yo soy la culpable".