En rueda de prensa, Blanco explicó que, dado que el PP (14 concejales) e IU (12 concejales) precisarían de al menos la abstención o apoyo del PSOE para alcanzar la Alcaldía de la ciudad, ahora él está esperando recibir las llamadas, tanto de Nieto, como de Aguilar, para, "sin prisas", negociar la posibilidad de un acuerdo.

Llamada con "morbo"

El candidato socialista reconoció que le da "un poco de morbo" la llamada de la actual alcaldesa de Córdoba "porque después de no querer debatir conmigo en la campaña y de salir de las casetas de la feria por una puerta cuando yo entraba por otra, pues ahora soy yo, tranquilo en el sillón de casa, quien espera su llamada".

Blanco, después de achacar la pérdida de casi 15.000 votos y dos concejales, en el caso de IU, a un "castigo" de los cordobeses a la "política populista, carente de gestión y sin compromiso real con la izquierda" que ha practicado Aguilar, recordó por otro lado a Nieto que, aunque la del PP ha sido la lista más votada, "no tiene mayoría absoluta, lo cual es un dato fundamental para lo que pueda ocurrir en el futuro inmediato", a lo largo de "dos semanas muy interesantes", que son los que restan hasta la constitución oficial de la nueva Corporación municipal.

El candidato socialista recomendó a Nieto y a Aguilar "que se tomen un 'valium' para no ponerse nerviosos", pues la negociación que está dispuesto a abrir con ambos, por separado, parte de la base de que él, tal y como se comprometió en la campaña, se va a quedar los próximos cuatro años con su equipo en el Ayuntamiento.

"Desde mañana mismo empezaremos a trabajar para 2011", porque su objetivo sigue siendo ser alcalde de la ciudad y, entre tanto, los socialistas defenderán "punto por punto" su programa electoral, y por ello no apoyarán "ninguna forma de gobierno" que no contemple "los principios fundamentales" que el PSOE ha planteado en su campaña.

Aunque el PSOE-A determina, según aclaró Blanco, la política de pactos a seguir en ciudades de más de 50.000 habitantes, el candidato socialista subrayó que "la decisión final" que se adopte en Córdoba "se hará pensando en lo mejor para esta ciudad, no en función de lo que ocurra en otros lugares", advirtiendo de que, en cualquier caso, "el populismo, sin gestión y sin contenido social se va a acabar".

Blanco reconoció que, "lógicamente", prefiere "un gobierno progresista que uno de derechas, pero no a cualquier precio", porque lo que está claro es que "lo más importante es que esta ciudad cambie, gracias un cambio en una forma de hacer política, y eso será prioritario" frente a un hipotético reparto de sillones en el gobierno municipal, porque lo que no respaldarán los concejales del PSOE es que haya "cuatro años más de besos, abrazos y peroles", detallando que "las políticas urbanísticas y sociales son los grades ejes a los que debe darse una vuelta de calcetín en el Ayuntamiento".

No a la Diputación

Respecto a la posibilidad de que pueda ser el próximo presidente de la Diputación de Córdoba, Blanco afirmó que él no quiere ser presidente de la institución provincial, recalcando, además, que "no voy a ser presidente de la Diputación", pues "no es el mejor método para ganar" en la capital cordobesa.

Por ello, aunque su partido lo le ha ofrecido la opción de presidir la Diputación cordobesa el próximo mandato, tampoco la aceptaría, porque, según reiteró, él quiere "ser alcalde de Córdoba", seguramente, según argumentó, porque le gustan "las cosas complicadas y difíciles".