Una vez más, y ya son 34 ediciones, Arco radiografía una parte del estado artístico actual. En esta ocasión la Feria sube además un 30% el número de invitados: 300 coleccionistas de 33 países (más de la mitad están por primera vez en esta cita) y 285 profesionales de 42 países. Está claro el intento de darle un pellizco a la crisis y la austeridad de las pasadas ediciones con la sorpresa como factor predominante.

Con Colombia como país invitado, con 10 galerías seleccionadas por el colombiano Juan A. Gaitán, la Feria Internacional de Arte Contemporáneo abre sus puertas del 25 de febrero al 1 de marzo con el ojo puesto (como es obligación en esta feria referente en los nuevos talentos) en lo más novedoso o experimental o ¿raro? Difícil encontrar a veces el adjetivo idóneo para la variedad de Arco en cuanto a las apuestas que se presentan. Las de Colombia son sin duda y en cualquier caso muy potentes, a veces hasta 'macarras' en su mejor sentido.

Nuevos nombres (o no tanto pero sí en Arco) aparte, sí hay nuevas cifras: se incorporan 29 nuevas galerías en el Programa General. Arco quiere recuperar la carrerilla perdida a toda costa y parece que de este año no va a pasar volver a ponerse la corona de reina de la extrañeza, la osadía y la llamada de atención.

Menos fotografía de lo acostumbrado y con mayor presencia del vídeo y la escultura, si hay algo que parece rondar por los dos pabellones que ocupa Arco es el erotismo (de buen y de mal gusto) y la reivindicación de la mujer. No falta la protesta contra el capitalismo, la crisis, los bancos, incluso algún llamamiento a los actos dejando atrás las palabras. Aunque de palabras precisamente se nutren algunas interesantes propuestas.

1. Entre la realidad y la ficción .  El artista mexicano Stefan Brüggemann presenta la llamativa obra Headlines and last lines in the movies formada por ocho paneles de espejo con diversas frases 'pintadas' al más puro estilo grafitero en ellas. No es, aunque pueda parecerlo, artista urbano sino conceptual, que siempre usa la palabra. En este caso, y de ahí el título, todas las frases son o bien titulares de periódicos o bien finales de películas. "Es su manera de reflejar la sociedad a través de la realidad, la prensa; y la ficción, el cine", comenta a 20 Minutos el dueño de la galería Parra y Romero, Guillermo Romero Parra.

2. El universo a través del cubo y la escoba. Una instalación con vídeo, la del joven islandés Egill Saebjornsson (25 años), en Galería Anhava, que será parada obligatoria para el visitante, quiera o no quiera. Sin calificar, que cada cual saque sus conclusiones, la idea del artista es mediante objetos tan cotidianos (y prosaicos) como un cubo de fregar, una escoba y otros artículos de limpieza y una proyección mostrar el mundo.

3. Aquellos años 'negros'. El colombiano Edgar A. Jiménez (galería Doce Cero Cero), te detiene con sus óleos sobre tela en los que da cuenta de la realidad afro en los setenta y ochenta. Su inspiración, es obvia y así la presenta: el cine y la literatura de aquella época. A sus 29 años, Edgar es más que una promesa.

4. Pornografía en hilos. No duda la colombiana María Alejandra Garzón (galería Doce Cero Cero) en bautizar sus obras como Suntuosa Vulgaridad y acierta, es vulgar, es suntuosa y tremendamente erótica. Todas las piezas están bordadas a mano y hablan del universo femenino y sexual de la mujer sin censura pero con una fuerza en los colores y una delicadeza en el trazo de cada puntada que el resultado genera reacciones encontradas.

5. El pensador que no es de Rodin. No se ve a la primera que son zapatos los que conforman la escultura de Willy Cole (1955), pero aun así llama la atención por la intencionada evocación a El Pensador de Rodin. Sólo que Cole lo ha convertido en algo así como El Pensador del mundo negro y a base de zapatos, tallados por él mismo.

6. Esculturas 'killer'. El artista español Enrique Marty casi siembra el terror de quien mira sus esculturas intencionadamente colocadas en una suerte de escena de zombis desnudos y hambrientos de muerte y sexo. Tan realista y tan poco delicado como para llegar a mostrar en las esculturas hasta las gotas del pis. Eso sí: si se va con niños, que no se acerquen demasiado porque dan miedo de verdad.

7. La joya. Hay unas cuantas obras maestras como es habitual en Arco, pero hay una y es de Picasso en la Galería Leandro Navarro que bien podría ser la más cara o al menos una de las más caras. Su precio: 1.400.000 euros.

8. Drogas, drogas y drogas: capitalismo en estado puro. Daniel Andújar exhibe en un impactante panel 323 fotografías de drogas. En origen el montaje era de 500, pero en el espacio que ocupa de la galería Espacio Sin fin ha resultado mejor dejarlo así. "Llevo 16 horas colocándolo", cuenta Andújar, para quien es importante dejar claro con esta serie bautizada El capital cómo es de capitalista el mundo de la droga. "Es igual: se trata de que esté satisfecho el cliente, porque así consume y consume". Da fe Daniel con sus fotos recientes de drogas que parecían ya más que relegadas al olvido.

9. El doble de Jorge Javier Vázquez. Ni siquiera sabe su creador, el artista inglés Julian Opie (Galería Mario Sequerna), quién es el presentador de corazón español Jorge Javier Vázquez, y sin embargo lo ha 'clavado' en una de sus grandes esculturas. Un cabezón hecho en resina cuyo modelo debe de ser ese doble que la leyenda dice que todos tenemos.

10. El mundo-mandala en unas bragas. Pilar Albarracín se ha servido de un número bastante importante de bragas de todo tipo y forma pero del mismo color: rojo para crear un mandala más que femenino. Su idea, según cuenta el director de la galería Javier López: "Mostrar el macrocosmos y el microcosmos".