La ciudad de Tokio (Japón) es, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), la más poblada del mundo. Allí viven 36,2 millones de personas. En Cumbres de Enmedio (Huelva), el municipio con menos población de Andalucía, solo 52. En Benitagla (Almería), 73. Y en Juviles (Granada), 135. Pero estos ciudadanos no son los únicos andaluces con pocos vecinos.

En la comunidad hay un total de 98 localidades en las que residen menos de 500 habitantes, según el último padrón del Instituto Nacional de Estadística (INE). Almería es la provincia con más municipios despoblados (33), seguida de Granada (26) y Huelva (16). Completan el listado Málaga (13), Córdoba (5), Jaén (3) y Sevilla y Cádiz (un pueblo en cada provincia).

En estos casi cien pueblos viven un total de 31.416 habitantes, el 0,37% de la población de la comunidad (más de ocho millones).

Es casi la misma cifra de habitantes que viven en la localidad de Puente Genil (Córdoba).

Sin embargo, teniendo en cuenta la extensión de los municipios, los habitantes de Cardeña (Córdoba) son los que viven más desahogados en lo que a espacio se refiere: tres vecinos por km2. En situación similar se encuentran en Puebla de Don Fadrique y Orce (Granada), Gérgal (Almería) y Chiclana de Segura (Jaén), donde viven cuatro personas por km2. Así lo revelan los datos del Anuario Económico de España de La Caixa correspondiente a 2013.

En en el extremo opuesto, Cádiz capital y Castilleja de la Cuesta (Sevilla) y Fuengirola (Málaga) son las localidades andaluzas donde más ‘apretados’ viven, ya que su densidad de población es de 10.329, 8.752 y 7.595 habitantes por km2, respectivamente.

Único municipio de Sevilla con menos de 500 habitantes (314 en 2013).

¿Ventajas de un pueblo con pocos vecinos?

La tranquilidad y la calidad de vida, porque tenemos de todo: gimnasio, biblioteca, colegios, clases de informática y médico todos los días. Aquí pides una cita y te la dan en el mismo día.

¿Y las desventajas?

Tener que desplazarse a Sevilla (a 80 km) para resolver temas burocráticos y la falta de trabajo en otros sectores que no sea el agrícola.

¿Conoce a todos los vecinos?

Claro, y la mitad son de mi familia. También a todos los que vienen de fuera.

¿Se imagina siendo el alcalde de Tokio o Nueva York?

Para nada, aunque seguramente sería más fácil. Porque aquí eres alcalde las 24 horas de cada día. Si se funde la bombilla de una calle, los vecinos, que saben dónde vives, van a tu casa y te lo cuentan. Eso seguro que no le pasa al alcalde de Tokio.