Cuatro años entre las denuncias de la UE y la nueva «política sandía»

El Consell ha explotado su cara más ecológica tras la gestión de Rafael Blasco. También ha aprobado una nueva ley urbanística.

La legislatura que acaba ha estado marcada en materia medioambiental por la aprobación a gran escala de planes urbanísticos (PAI), que se han topado con la oposición de pequeños propietarios afectados y de grupos ecologistas.

Ésta fue la tónica de los tres primeros años (2003-2006), en los que el actual conseller de Sanidad, Rafael Blasco, ocupó la cartera de Territorio y Vivienda. Su gestión estuvo marcada por la concesión de licencias de este tipo a grupos promotores, sobre todo en localidades costeras.

Los afectados, pequeños propietarios de terrenos, recurrieron al Parlamento Europeo. Una delegación de diputados ha emitido un informe muy crítico con la política urbanística del Consell tras visitar varias veces los pueblos donde más pasaba.

Sin embargo, los «abusos» que denunciaba la UE eran fruto de una ley del PSOE desarrollada por el PP. Blasco salió de la Conselleria tras aprobar un nuevo texto, la Ley Urbanística Valenciana.

El relevo lo tomó Esteban González Pons, que ha centrado su gestión más en medio ambiente que en urbanismo. «Crearemos una política sandía: verde por fuera y roja, como el corazón, por dentro», dijo nada más jurar el cargo. Su principal logro ha sido el Parc Natural del Túria.

¿Trasvases o desalación?

Desde la derogación por parte del Gobierno central (PSOE) del trasvase del Ebro, los dos grandes partidos reabrieron la guerra del agua. La Generalitat (PP) siempre ha defendido los trasvases como solución a la sequía, mientras el Ministerio de Medio Ambiente ha construido desaladoras. El cambio de trazado del Júcar-Vinalopó motivó la última gresca entre ambas partes.

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