"Ha sido un viaje lento", sopesa sonriente y con cara de niño incluso ahora que su barba peina canosa.

"El tiempo necesario para poder crecer y asumir la responsabilidad en una película de estudio y estar aquí con una promoción como esta", añade como quien está abrumado por el peso sobre sus hombros aunque no dé señales de ello.

Una década después la bestia se llama 28 weeks later (28 semanas después) .

Es la secuela de uno de los fenómenos más comentados del cine de horror, el filme británico de Danny Boyle 28 days later que llegó en 2002 a los 82 millones de dólares en la taquilla mundial reviviendo con un presupuesto mínimo el género de los zombies.

Un filme que además se atreve a programar su estreno cuando Spider-Man 3 machaca a sus contrincantes con la cifra récord de 151,1 millones de dólares en su primer fin de semana en EEUU.

Pero como recuerda Fresnadillo, "indiscutiblemente hacer películas es una lucha, una guerra".

David contra Goliat

Una batalla en la que cuenta con el apoyo de la crítica, consciente de la pelea de David contra Goliat.

Según comenta Derek Elley en la revista Variety "28 weeks later" puede "fácilmente" alcanzar y hasta superar a su predecesora "si sobrevive el reto de perderse en las redes de Spider".

The Hollywood Reporter no tiene lugar a dudas: "28 weeks later" demostrará lo "explosivamente contagiosa que es en la taquilla".

Una película "de infectados"

Con guión del propio Fresnadillo, el filme arranca de esa misma Inglaterra infectada por una plaga de rabia que convierte a su habitantes en una comunidad de muertos vivientes pero semanas más tarde y con el virus eliminado está lista para la reconstrucción.

Fresnadillo va más lejos porque prefiere ni hablar de "zombies".

En su opinión, hablar de "zombies" significa hablar de muerte, "de una metáfora para algo que está muriendo, que se resiste al cambio".

Sin embargo, sus protagonistas no son muertos vivientes, son infectados por un virus llamado rabia "un sentimiento más cercano a la vida, destructivo pero vital".

El mismo suena afectado por la rabia cuando dice que este filme ha sacado "la bestia" que había en él, rodando en una ciudad que no conocía como Londres, en un idioma que no hablaba y dándose unos madrugones de muerte para conseguir esas tomas de la urbe vacía.

Unas imágenes que han impactado entre la crítica, que subraya el "ojo experto e imaginativo para la carnicería" de este realizador.

Se trata de la misma mirada "nueva y diferente" que Boyle, productor en la cinta, buscaba para la continuación de su película.

Y la misma mirada que de nuevo coloca a Fresnadillo en el corazón de Hollywood diez años después de su primer intento fallido.

¿Será este su adiós definitivo al cine español?

"Yo me sigo considerando un cineasta español. Aventurero, viajero pero con mi corazón allí", asegura cómodamente sentado en uno de los hoteles más lujosos de Beverly Hills.