Pedro Laguna, jefe de la Comandancia de Asturias, supo el 20 de febrero de 2003 que Toro y Trashorras tenían 150 kilos de explosivos para traficar.
Esta información vino por tres vías diferentes: Nayo, Lavandera y la UCO.
El testigo ha asegurado que la operación Serpiente contra el presuto tráfico de explosivos "fracasó porque Lavandera nos engañaba permanentemente".
Operación Pipol
Por su parte, José Antonio Rodríguez Bolinaza, jefe de la Comandancia de Gijón, asegura que supo de la confidencia de Lavandera en 2001 sobre la existencia de tráfico de explosivos: "Policía Nacional empezó la operación Pipol y la cerró en julio de 2001 [...], la confidencia no prosperó, porque todo estaba incluído en la operación Pipol", asegura Rodríguez.
Según Rodríguez, sus investigaciones en septiembre de 2001 no prosperaron "no porque estuvieran mal llevadas, sino porque la Policía Nacional ya había investigado todo en la Pipol".
El testigo asegura que la Comandancia de Oviedo "sólo pidió colaboración a la de Gijón [...], le dimos todo lo que nos pidieron", asegura.
No obstante, el Ministerio del Interior destituyó en su destino al teniente coronel Rodríguez Bolinaza por ocultar una cinta en relación a los atentados terroristas de marzo.
Investigación de explosivos
Carlos Montero, jefe de la policía judicial de Oviedo, asegura que su grupo "no se opuso a la investigación de tráfico de explosivos", a raíz de las confidencias de Lavandera.
"Me entrevisté con Lavandera a principios de septiembre de 2001", matiza el agente.
Según el testigo, "no sé donde está la cinta en la que se grabó esa entrevista", si bien "sí que existe un informe, que es mucho más completo que una cinta".
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