El expresidente egipcio Hosni Mubarak ha sido declarado no culpable por su presunta implicación en las muertes de 239 manifestantes en la revolución que lo derrocó en 2011, así como de los de los cargos de corrupción y enriquecimiento ilícito por la exportación de crudo a Israel a precios supuestamente inferiores a los del mercado.
Por su parte, el exministro de Interior Habib al Adli y seis de sus ayudantes, que también fueron juzgados, han sido absueltos este sábado de los cargos por las muertes de manifestantes durante la 'primavera árabe' de 2011.
A pesar de que el juez cifró los fallecidos durante la revolución en 239, las estimaciones de ONG apuntan a que más de 800 personas perdieron la vida —y más de 6.400 resultaron heridas— en el transcurso de los enfrentamientos que finalmente acabaron con el derrocamiento de Mubarak.
Termina así un juicio histórico —en su día fue denominado "el juicio del siglo"—, el primero contra un antiguo jefe de estado árabe --con éste presente-- desde el inicio de las protestas que sacudieron la región a partir de diciembre de 2010 y que, a juicio de la ONG Human Rights Watch, "podría haber supuesto un precedente en el ámbito de la lucha contra los abusos a los derechos humanos y por la defensa de un estándar justo en el proceso judicial".
Mubarak cumple otra condena en la cárcel
El veredicto, sin embargo, no implica que Mubarak abandone la cárcel, ya que en estos momentos cumple una condena de tres años de prisión por la apropiación de fondos públicos, en un caso relacionado con el presupuesto de los palacios presidenciales y en el que sus hijos Alaa y Gamal recibieron penas de cuatro años por los mismos cargos.
Esta vista resulta del aplazamiento, el pasado 26 de septiembre, de la lectura del fallo por parte del mismo tribunal. El juez Mahmud al Rachidi explicó entonces que solo pudo revisar el 60% de la documentación del caso, que consta de unos 160.000 folios.
El nuevo juicio a Mubarak comenzó el 13 de abril de 2013, después de que en enero de ese año una corte anulara la condena a cadena perpetua impuesta al expresidente y a Al Adli por irregularidades, y resolviese repetir el juicio.
El pasado 13 de agosto, Mubarak pudo hablar ante el juez por primera vez desde que fuera detenido y defendió el legado de sus tres décadas de mandato. En la que dijo que sería su última alocución a los egipcios, reiteró su inocencia ante el tribunal que lo juzga.
A sus 86 años, cumple condena por un caso de corrupción en el hospital militar de Maadi, en El Cairo, adonde fue trasladado por su precario estado de salud desde la cercana prisión de Tora.
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