Cinco científicas españolas han obtenido 75.000 euros para seguir investigando en España

  • L'Oreal y Unesco han becado cinco proyectos dirigidos a cuidar el planeta.
  • Cada científica premiada recibirá una bolsa de investigación de 15.000 euros.
  • El programa 'Mujeres en la Ciencia' persigue impulsar la presencia femenina en el mundo científico.
Ana Belén Hungría, Elisa Antolín, Eva María Pellicer, Leticia Tarruell y Rocío Ponce han sido elegidas entre más de cien candidatas.
Ana Belén Hungría, Elisa Antolín, Eva María Pellicer, Leticia Tarruell y Rocío Ponce han sido elegidas entre más de cien candidatas.
L'Oreal/Unesco
Ana Belén Hungría, Elisa Antolín, Eva María Pellicer, Leticia Tarruell y Rocío Ponce han sido elegidas entre más de cien candidatas.

¿Es posible lograr una sociedad que no dependa del petróleo o que todos los hogares se abastezcan solo de energía solar? El Programa L'Oréal-UNESCO "Mujeres en la ciencia" ha premiado este miércoles a cinco científicas españolas que trabajan para que estas realidades sean posibles.

Ana Belén Hungría, Elisa Antolín, Eva María Pellicer, Leticia Tarruell y Rocío Ponce, elegidas entre más de cien candidatas, recibirán una bolsa de investigación de 15.000 euros cada una que permitirá sacar adelante proyectos que pretenden sustituir el petróleo por hidrógeno, abaratar la energía solar o construir materiales respetuosos con el planeta.

El programa persigue con estas becas apoyar la figura de la mujer y fomentar la vocación científica entre las jóvenes. Las cinco investigadoras reciben este fuerte apoyo en un ambiente de grandes recortes en ciencia y, además, de una desigualdad todavía existente entre hombres y mujeres. Según el informe de la Fundación L'Oreal, tan solo el 34% de los investigadores de nuestro país son mujeres, cifra que baja al 29% en toda la Unión Europea.

A pesar de que a lo largo de la última década la cuota de investigadoras aumentó un 12% en todo el mundo, como se desprende del estudio del Instituto de Estadística de la UNESCO, el número de mujeres científicas sigue siendo inferior al de los hombres.

L'Oreal y Unesco celebran su novena edición de su programa, con el que ya han becado a 42 investigadoras españolas con una cantidad total de 740.000 euros.

El jurado de este año está formado por los científicos Pedro Miguel Echenique y Avelino Corma, ambos premios Príncipe de Asturias.

Rocío Ponce: "Muchos proyectos españoles mueren por falta de fondos"

Rocío Ponce Ortiz (34 años) es doctora en Química por la Universidad de Málaga y durante toda su carrera ha perseguido crear una tecnología no dañina para el medio ambiente.

La científica invertirá los 15.000 euros en continuar con la búsqueda de materiales orgánicos que sustituyan a los utilizados por la tecnología actual, caros y poco ecológicos.

"Podríamos llegar a cubrir las ventanas y paredes de nuestras casas con células solares transparentes y flexibles y cubrir los coches para que se autoabastecieran de energía", asegura.

El sueño de Rocío es formar parte del grupo de científicos que consiga suministrar la energía mundial necesaria de forma ecológica. La bolsa de investigación es un empuje para cumplirlo y también le supone un alivio en un momento en el que "muchos proyectos españoles mueren por falta de fondos".

Rocío estuvo a punto de emigrar hace unos años por falta de oportunidades. "El peor momento de mi carrera lo viví al terminar mi estancia postdoctoral, cuando quería permanecer en España. Me encontré con que no tenía ninguna opción aquí y me planteé desarrollar mi carrera en otro sitio". Sin embargo, consiguió permanecer en el país, esfuerzo que ahora ve recompensado con el premio.

Respecto al papel de la mujer en ciencia, la doctora señala la difícil conciliación familiar: "Tengo que sacar horas donde no las hay y hacer malabares".

También anima a fomentar la carrera entre los jóvenes. "La carrera de investigadora no te la planteas por desconocimiento, los profesores deberían fomentar más la investigación que se hace en la universidad y en los centros europeos", afirma.

Eva Pellicer: "He desarrollado una fuerza de voluntad para seguir adelante"

Eva María Pellicer (37 años), doctora en Química por la Universidad de Barcelona (UB), estudia como investigadora "Ramón y Cajal" en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) una alternativa verde a los combustibles fósiles tradicionales como el carbón y el petróleo.

Así, está desarrollando un nuevo material que reemplace a los metales nobles, caros y escasos pero hasta el momento los más utilizados. El resultado de la investigación "podría ser una solución al fin inminente del petróleo", explica.

Fueron sus profesores en la Educación Secundaria quienes animaron a Eva María a decantarse por la ciencia en un momento difícil para ella. A la edad de 16 años, le diagnosticaron artritis reumatoide crónica, una enfermedad degenerativa que actualmente le provoca una minusvalía del 67%. "He desarrollado una fuerza de voluntad para seguir adelante a pesar de todo", asegura.

Aunque debe vencer el dolor y el cansancio y no puede pasar estancias largas en el extranjero, la doctora se toma su enfermedad con filosofía: "Lo miro como una oportunidad para dar un mensaje a la gente de que no desista en lo que le guste".

Su postura es muy crítica hacia la situación de la mujer. "No existe igualdad. A pesar de que existen muchas estudiantes, cuando escalas en la carrera investigadora hay muy pocas mujeres, sobre todo en puestos de decisión", denuncia.

Para Eva María, la investigación en cienca es crucial para cambiar los modelos enérgeticos porque, critica, "lo estamos consumiendo todo y necesitamos soluciones para los problemas globales como el calentamiento y el agotamiento de los recursos naturales".

Elisa Antolín: "Todavía existe discriminación intelectual hacia la mujer"

Elisa Antolín (37 años), doctora en Ciencias Físicas, trabaja en el Instituto de Energía Solar de Madrid. Su proyecto se centra en crear un nuevo tipo de células solares capaces de absorber toda la energía que desprende un rayo de sol.

"Cada familia se podría abastecer con energía fotovoltaica, una fuente limpia y renovable", manifiesta.

Elisa, embarazada de su primer hijo, reclama medidas para que las mujeres puedan asumir una responsabilidad familiar sin tener que apartarse de la investigación y se muestra incierta ante su futuro. "No sé como voy a compaginar ambas cosas, hay muy pocas ayudas", señala.

Se muestra decidida al exigir que se cumpla la ley y que la comunidad científica tenga sensibilidad hacia las obligaciones familiares de las mujeres. "Aunque nos cueste reconocerlo, la discriminación intelectual hacia la mujer no está totalmente erradicada", afirma tajante.

La doctora agradece que sus padres le transmitieran la curiosidad por el conocimiento. "Me educaron con mentalidad feminista, a mi hermano y a mí nos trataron igual y nos hicieron sentir que podíamos hacer las mismas cosas", añade.

La gran ambición de Elisa es "constituir un laboratorio puntero dedicado a la tecnología de los dispositivos solares donde se puedan crear dispositivos útiles para la sociedad".

Es consciente del valor de la ciencia pero también avisa que la tecnología no basta por sí sola: "Con la tecnología que tenemos ahora mismo ya es posible cubrir muchísimas necesidades a través de energías renovables, pero no lo hacemos. Es un problema de voluntad y de que la industria cambie", añade.

Ana Belén Hungría: "Los horarios no permiten conciliar la vida familiar"

Ana Belén Hungría (40 años) es investigadora Ramón y Cajal en la Universidad de Cádiz, donde se doctoró en Ciencias Químicas.

Su proyecto también acerca una realidad donde la sociedad sea independiente del petróleo. Estudia cómo sustituir este combustible por hidrógeno, mucho más sostenible. "La solución pasa por dedicar financiación y por la participación de las grandes petrolíferas", explica.

Interesada en frenar el cambio climático, durante su tesis doctoral contribuyó al diseño de nuevos sistemas para descontaminar los gases de los tubos de escape de los coches.

Aunque aclara que en el mundo académico nunca ha sentido ningún tipo de discriminación, subraya que la realidad profesional es muy diferente. "La carrera científica está pensada por hombres que no tienen obligaciones familiares", denuncia contundente y añade que cuidar a sus hijos y ocuparse de su trabajo le resulta muy difícil, a pesar de que su pareja es totalmente paritaria.

"A diferencia de otros países, las jornadas de trabajo en España no permiten conciliar la vida familiar, no concuerdan con el horario escolar", ejemplifica.

La científica no solo agradece la beca por el impulso económico sino también por la visibilidad ganada. "Muchas veces la gente no es consciente que en la universidad no solo se enseña, sino también se investiga. Y este trabajo se hace por todos, también por mujeres jóvenes".

Un trabajo que agradece poder estar realizando. "Uno de mis sueños es garantizar a los nuevos doctorandos que quieran continuar con su carrera científica al menos las mismas oportunidades que yo he tenido", afirma.

Leticia Tarruell: "Es necesario animar a las estudiantes jóvenes"

Leticia Tarruell (33 años) es líder del grupo junior de Instituto de Ciencias Fotónicas  de Barcelona. Especializada en física cuántica, experimenta para crear nuevos materiales.

Su idea de investigación se ha convertido en el primer experimento en España de construcción de materiales artificiales utilizando el gas de átomos "ultrafrío". La científica persigue simular materiales con átomos a temperaturas próximas al cero absoluto.

A pesar de sus conocimientos y su talento, Leticia afirma que en España no podría haberse desarrollado profesionalmente. "Sin la oportunidad de quedarme en París a hacer un máster orientado a los átomos fríos, nunca habría seguido investigando en ese campo", explica.

Leticia, que destaca por haber creado el grafeno artificial, un material que promete muchas aplicaciones, corrobora que no hay muchas mujeres que ejerzan en su campo. "Para desarrollar el proyecto vamos a contar con la participación de una estudiante, no es común pero es algo que trato de favorecer. Es necesario animar a las estudiantes jóvenes a optar por la carrera de investigación", afirma.

La doctora agradece el impulso que le concede la beca y, como sus compañeras, apuesta por la ciencia para desarrollar una economía menos perjudicial para el medio ambiente. "Si no se estudia lo que nos rodea no surgen ideas nuevas para hacer un mundo más sostenible".

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