El arranque expresivo de los renacentistas centroeuropeos

  • En el siglo XVI, los artistas centroeuropeos se alejaban de pronto del realismo con tonos vivos, dinamismo y sorprendentes combinaciones de tonos de luz.
  • Una muestra en Frankfurt reúne 120 obras del periodo en el que toda una generación de autores se atrevió a innovar con técnicas hasta ese momento desconocidas.
  • La exposición destaca la obra del alemán Albrecht Altdorfer, que elevó el paisaje a género el paisaje, tradicionalmente un fondo para las figuras.
Una de las tallas centroeuropeas del siglo XVI incluidas en la exposición
Una de las tallas centroeuropeas del siglo XVI incluidas en la exposición
Photo: Städel Museum
Una de las tallas centroeuropeas del siglo XVI incluidas en la exposición

El realismo no era lo fundamental. Los artistas rompían con los cánones del paisaje, del retrato y la pintura histórica con hasta entonces desconocidas combinaciones de tonos de luz, colores vivos y posturas y gestos más forzados y menos estáticos. Pintores, escultores, ilustradores y grabadores europeos abrían nuevas vías al arte nada más comenzar el siglo XVI iniciando un valiente viaje creativo.

Centrado sobre todo en centroeuropa, pero con mención a autores de varios países del continente, el museo Städel de Frankfurt (Alemania) expone hasta el 8 de febrero Fantastische Welten. Albrecht Altdorfer und das Expressive in der Kunst um 1500 (Mundos fantásticos. Albrecht Altdorfer y la expresividad en el arte en torno al año 1500). El conjunto de 120 objetos exhibidos demuestra cómo al inicio del siglo XVI, toda una generación de artistas se atrevió a innovar en sus obras dotándolas de rasgos hasta ese momento desconocidos.

Como punto de partida, la pinacoteca escoge como figuras principales a Albrecht Altdorfer y a tres artistas coetáneos del pintor, grabador y arquitecto del renacimiento. Pionero del paisaje puro, Altdorfer creía que la figura humana no debía contrastar con la naturaleza, sino adaptarse a ella e imitarla. Junto al alemán Lucas Cranach el Viejo y al austriaco Wolf Huber, el autor es uno de los más representativos de la Escuela del Danubio, formada por maestros de Baviera y Austria y destacable por representar las emociones de una manera diferente los renacentistas italianos.

En contraste con Alberto Durero

Los préstamos de diferentes museos europeos (el Museo de Arte Histórico de Viena, la Vieja Pinacoteca de Múnich, el Thyssen-Bornemisza de Madrid...) se unen a otros procedentes de iglesias como Retablo de San Juan —de Praga— o pinturas del Monasterio de San Florian en Linz (Austria) y se dividen en seis bloques temáticos.

La sección dedicada a uno de los santos más representados al final de la Edad Media, San Cristóbal mártir —con ejemplos de Altdorfer, Huber y Georg Lemberger— es una antesala a cómo representaron al ser humano estos artistas expresivos. En contraste con los precisos y proporcionados cuerpos de Alberto Durero, las figuras humanas en piezas clave de Altdorfer y compañía son dinámicas y dejan el realismo en un segundo plano. El arresto de Cristo o Retablo de Santa Ana (ambos de Huber) exhiben además un atrevido uso del color.

Dramatismo y distorsión

Dando rienda suelta a la ornamentación, el dramatismo y la distorsión, las pinturas y esculturas que representan la crucifixión y otras escenas de la pasión son claras muestras del giro comunicativo de esta generación de autores. Una de las joyas de este grupo de obras es un Cristo en la cruz realizado hacia el año 1500 por Lucas Cranach el Viejo en la que es su primera pintura conocida.

Cielos tormentosos o atardeceres líricos dominan la sección de paisajes creados en un momento decisivo para el género, dejaban de ser simples fondos para las figuras para ser incluso tema principal. El algunos casos la vegetación también parece animada y pide parte del protagonismo que se le da a los personajes. Dibujos a tinta de Altdorfer y de su hermano menor Erhard muestran sauces y abetos extrañamente animados.

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