La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCB por sus siglas en inglés), que recoge el estado de conservación de especies de animales y plantas a nivel mundial, ha actualizado recientemente el listado de especies en peligro en todo el mundo.

Esta asociación, que celebra este año su 50 aniversario, evalúa un total de 76.199 especies, de las que 22.413 están en estos momentos en peligro de extinción, 310 más que en la actualización previa de la lista, que tuvo lugar en verano. De esas 22.413 especies amenazadas, 4.635 se encuentran en peligro crítico.

Dentro de esta última cifra, 213 aves y 423 peces y 213 son mamíferos. De entre de los más conocidos, podemos destacar el asno salvaje africano del que solo quedan doscientos individuos adultos o el orangután de Sumatra cuya población está disminuyendo preocupantemente, aunque queden 7.300 ejemplares.

En España también hay un buen número de especies que se encuentran en peligro crítico: 132, de las que 72 son plantas y 57 animales. En la última Lista Roja de 2004, las especies en peligro crítico de extinción en nuestro país eran solo 14,  claro que entonces se tenía bajo estudio un número mucho menor especies. En cualquier caso la situación desde luego no está mejorando: el porcentaje de las especies evaluadas en España que están en peligro crítico ha aumentado de 1,59% en 2004 al 3,26% en 2014.

De los 57 animales en alerta, tres son mamíferos. Por orden según el número de ejemplares en libertad de menor a mayor son: el lince ibérico, la foca monje del Mediterráneo y el visón europeo. 

La situación del lince ibérico es la peor; solo hay de 84 a 143 ejemplares adultos. Se ha producido un continuo descenso debido al agotamiento severo de su presa principal, el conejo europeo, por las enfermedades y la caza excesiva, con amenazas adicionales de las altas tasas de mortalidad no natural y la destrucción y fragmentación del hábitat. Estos números actuales no son suficientes para la supervivencia de la especie en el largo plazo y los expertos coinciden en que el felino europeo de mayor tamaño está ahora al borde de la extinción según la UICN.

La población de foca monje del Mediterráneo está disminuyendo y solo quedan unos 400 ejemplares a nivel mundial, de los que apenas hay entre tres y cinco en territorio español. Además, las tasas de reproducción son anormalmente bajas en muchas áreas, potencialmente como resultado de la endogamia, un importante impedimento para la recuperación demográfica.

Por último, del visón europeo solo quedan en nuestro país de 500 a 1.000 individuos. Su área de distribución se ha reducido en más del 85% desde la mitad del siglo XIX. Los principales factores que le han empujado al borde la extinción han sido la pérdida de hábitat, la sobreexplotación y el impacto del visón americano como especie exótica invasora .

Esperemos que no sigan la suerte del bucardo, una subespecie de cabra montés que fue declarada extinta en el 2000 por la UICN tras la muerte del último ejemplar.

Si analizamos las aves, hay cuatro que se encuentran en peligro crítico de extinción: la pardela balear, el norte ibis calvo, el avefría sociable y el zarapito de pico fino. La pardela balear preocupa especialmente. Solo quedan unas 2.000 parejas reproductoras. Está experimentando un declive muy rápido de la población, debido a una serie de amenazas, en particular, la depredación en las colonias de reproducción de mamíferos introducidos y la mortalidad en el mar como consecuencia de la pesca de captura incidental.

Diez peces se encuentran en la misma situación. Entre los ejemplares más conocidos, podemos destacar el rape, el atún rojo y el esturión del Atlántico. La población de rape se encuentra disminuyendo, sobre todo en los últimos 50 años hasta el punto que ha sido aparentemente extirpado de grandes áreas del norte del Mediterráneo y partes de las costas de África occidental. Con respecto al esturión del Atlántico, su población actual es de entre 20 a 750 individuos maduros, una disminución de la población del 90% en los últimos 75 años por la pérdida de hábitat, junto con la contaminación y la explotación.

En las Islas Canarias, varios reptiles se encuentran en peligro crítico de extinción como el lagarto de La Gomera con solo 90 individuos en estado salvaje o el lagarto gigante de El Hierro del que hay de 300 a 400 ejemplares en la naturaleza. Otro lagarto, el canario moteado, del que quedan entre 280 y 461 individuos, ha sido catalogado como en peligro crítico debido a que la extensión de su hábitat es menor de 100 kilómetros cuadrados y su área de ocupación es menor de 10 kilómetros. Su distribución es muy fragmentada pero hay buenas noticias, la población sólo ha ido en aumento desde el año 2001.

Solamente un anfibio está en peligro, el Tritón de Montseny. Hay entre 1.000 y 1.500 individuos maduros pero su población está disminuyendo. Tiene esta calificación porque su área de ocupación es probablemente menor de 10 kilómetros cuadrados.

Y, por último, siete artrópodos (insectos, arácnidos, crustáceos o miriápodos), entre los qe destacan el saltamontes palo de La Palma, con una población  muy pequeña y decreciente que está en estado crítico por la tala ilegal, el sobrepastoreo y los incendios forestales. Además, está prevista la construcción de un campo de golf en su hábitat principal. Del grillo de Gran Canaria no se ha encontrado ningún ejemplar desde la década de 1960. Sólo ha sido ubicado en una localidad, Barranco de Agaete en Gran Canaria, pero sus hábitats son desconocidos y lo más probable es que acabe siendo declarado extinto.