El espectacular y preciso montaje titulado El viaje de las culturas, e ideado por el grupo catalán La Fura dels Baus, transformó ayer el paseo Independencia en un gigantesco escenario poblado por decenas de figurantes, por monstruos gigantes y por artilugios mecánicos de diversa condición. Todo ello ante la mirada atónita de decenas de miles de espectadores, que desafiaron al calor de la mañana para disfrutar con la original historia diseñada por La Fura.

El sol caía a plomo ayer sobre Zaragoza. Los servicios de socorro hubieron de atender numerosas lipotimias causadas por el calor y padres con niños pequeños optaron por buscar sitios más frescos y protegidos.

Los que permanecieron en el paseo disfrutaron de un espectáculo original y arriesgado, que no dejó indiferente a nadie, y que en general satisfizo a un público sorprendido y agradado. El montaje grandioso ocupó el suelo y el cielo, con gigantescos insectos que acompañaban al ejército del mal, una rueda gigante llena de actores que se descolgó de las alturas, y al final, la gran bandera humana, colgada desde una gran viga que sostenía una enorme grúa apostada en la plaza de Santa Engracia.

Sercuestro y rescate

El espectáculo sorprendió desde su inicio, cuando la princesa se descolgó desde el cielo para ubicarse en su torre de más de 30 metros. Luego, un grupo de figurantes ataviados con banderas de todos los colores, integrantes de las fuerzas del bien y representando a todas las culturas, recorrieron arriba y abajo el paseo. Pero pronto hicieron acto de presencia las fuerzas del mal. Varios de sus integrantes escalaron la torre hasta su cima y secuestraron a la princesa.

Los gritos de admiración y los aplausos del público satisfecho fueron constantes y arreciaron cuando las fuerzas del bien se descolgaron desde el cielo zaragozano. Original e impactante.

Carreras de triciclos y libros

El paseo Independencia también fue escenario ayer de otras actividades. Por la mañana, doscientos niños nacidos en 2004 compitieron con sus triciclos en apasionantes carreras por la calzada del paseo. Sus aceras estuvieron ocupadas todo el día por los mostradores de librerías y editoriales, siempre llenas de público, donde se vendieron libros y se repartieron claveles y hasta borraja.

«La gente debe venir a Aragón, para que vean el futuro»

Jeremy Rifkin, premiado por la DGA. El prestigioso economista norteamericano Jeremy Rifkin, Premio Aragón Internacional 2007, dijo que les sugiere a sus colegas y a la gente que «vengan a Aragón, que vengan a ver el futuro», después de recoger ayer en el Pignatelli el galardón que se le ha otorgado por su apuesta por las energías renovables y su apoyo a nuestra comunidad en este empeño.

Rifkin aseguró que Aragón es «un faro para el mundo» en el desarrollo de las energías no contaminantes y por el desarrollo de las tecnologías del hidrógeno. Además, recalcó que Aragón «debe liderar la tercera revolución industrial».