Del élfico al dothraki pasando por el klingon: la moda de aprender lenguas construidas en la ficción

  • De los más de quince idiomas creados por J.R.R. Tolkien, las lenguas élficas sindarin y quenya son las más desarrolladas y practicadas.
  • El klingon, la lengua favorita de los chicos de 'The Big Bang Theory', es tosca y tiene una pronunciación muy complicada.
  • La serie 'Juego de Tronos' ha disparado el interés por el dothraki, la lengua del pueblo de Khal Drogo, para cuyo aprendizaje ya hay cursos y 'apps'.
Los Na'vi ('Avatar'), los dothrakis ('Juegos de tronos'), los klingon ('Star Trek') y los elfos ('El señor de los anillos'), personajes de la ficción con lengua inventada.
Los Na'vi ('Avatar'), los dothrakis ('Juegos de tronos'), los klingon ('Star Trek') y los elfos ('El señor de los anillos'), personajes de la ficción con lengua inventada.
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Los Na'vi ('Avatar'), los dothrakis ('Juegos de tronos'), los klingon ('Star Trek') y los elfos ('El señor de los anillos'), personajes de la ficción con lengua inventada.

Relata el antiguo Testamento que hubo un tiempo en el que todos los hombres de la Tierra hablaban una misma lengua. En aquel entonces, decidieron construir una torre cuya cúspide llegase hasta el cielo. Ante tamaña osadía, Dios se enfureció y optó por frustrar sus planes. Para ello, confundió sus lenguajes y los hombres, incapaces de entenderse los unos a los otros, abandonaron el proyecto.

Poco más cuenta el mito de la Torre de Babel sobre la creación de las lenguas, pero si la historia continuase tendría que explicar cómo la derrota de los hombres tan sólo fue temporal. Las diferentes lenguas pudieron ser una barrera al principio, pero pronto se convirtieron en germen de múltiples y ricas culturas y fueron empleadas como sofisticadas herramientas con las que crear poesía, filosofía, música... e incluso nuevas lenguas, los llamados idiomas artificiales o conlang.

No son pocos los idiomas construidos por el ser humano a partir del estudio de las llamadas lenguas naturales. Los hay auxiliares como el esperanto, filosóficos como el Toki Pona y ficcionales, como los muchos creados por el cine y la literatura. Son estos, por su origen, los más populares. No hace falta ser un estudioso de Tolkien para saber que mellon es "amigo" en élfico —muy útil si alguna vez quieres abrir la puerta de las minas de Moria para atravesar las Montañas Nubladas— y no es necesario aprender alto valyrio para conocer la respuesta a valar morghulis ("todos los hombres deben morir"), frase repetida una y mil veces en las páginas de Canción de Hielo y Fuego.

Pero hay quien va aún más allá de las manidas frases de libros, películas y series de televisión, fans que deciden investigar o incluso ampliar los idiomas creados en ficciones como El Señor de los Anillos y Star Trek. Nadie lo tiene tan fácil como los seguidores de J.R.R. Tolkien, apasionado de los idiomas que ya de pequeño se entretenía inventando los suyos propios y que creó a lo largo de su vida más de 15 ideolenguas, algunas con un alto grado de desarrollo. Las más completas son el sindarin y el quenya o alto élfico, ambas habladas por los inmortales personajes de orejas puntiagudas que habitaban la Tierra Media.

Sin embargo, a pesar del talento de Tolkien, existen muchas dificultades para aprender estar lenguas. "Las razones son varias: primero, él nunca las creó con la idea de que otras personas las aprendieran. Así que no se preocupó de crear materiales didácticos, explicaciones detalladas, etc. Además, iba creando las lenguas en desorden, según le apetecía, con lo que hay partes muy desarrolladas y otras muy poco", explica Josu Gómez, filólogo y miembro de la Sociedad Tolkien Española. "Además, fue cambiando cosas de un año para otro, con lo que hay partes de sus descripciones que se contradicen", añade.

Si escribirlas es complicado, hablarlas es casi imposible. "Hay que tener en cuenta que Tolkien creó estas lenguas con propósito artístico, para que sonaran bien, no para que fueran un instrumento de comunicación normal. Por eso le falta muchísimo vocabulario de uso común. No sabemos cómo se dice "mesa", por ejemplo", cuenta el filólogo, quien explica que ha habido personas que se han molestado en crear "palabras nuevas basadas en raíces élficas anteriores".

"En cualquier caso, no existe forma de practicarlo; no hay nadie que lo pueda hablar con fluidez, en ningún lugar del mundo. De hecho, hay estudiosos que opinan que no habría que intentarlo siquiera: el objetivo de Tolkien es que fueran lenguas artísticas, pensadas para crear poemas, canciones, etc, no para hablar del partido de fútbol del fin de semana, por ejemplo", sentencia.

A pesar de todos estos obstáculos, tanto el sindarin como el quenya tienen características similares a otros idiomas, lo que hace posible su estudio. "El quenya es muy parecido al finés (con su estructura semiaglutinante, su sistema de casos...) y el sindarin es muy parecido al galés (con sus mutaciones vocálicas, sus plurales irregulares...)", detalla Josu Gómez. Si se sabe inglés, la mejor opción para aprender élfico son los cursos Quenya Course, del noruego Helge Fauskangerm y A gateway to Sindarin, de David Salo, asesor de Peter Jackson en las películas en lo referente a las lenguas.

Klingon, dothraki y otras lenguas artificiales

En el terreno audiovisual, el idioma mas destacado es el klingon, hablado por los miembros de la raza homónima del universo de Star Trek. El actor James Doohan creó los sonidos básicos y unas cuantas palabras para Star Trek: La película (1979), el primer filme basado en la serie original. Partiendo de esa base, el lingüista estadounidense Marc Okrand amplió la lengua con nuevo vocabulario y una gramática completa que se utilizaría desde Star Trek III: En busca de Spock en adelante.

Se trata de una lengua gutural, entrecortada y muy tosca, con un léxico muy centrado en la guerra. De este modo, igual que los esquimales poseen múltiples términos para referirse a la nieve, los klingon cuentan con varias palabras que significan "luchar" que expresan diferentes grados de intensidad. La lengua está estructurada de forma que parezca un lenguaje alienígena y, a diferencia de lo que sucede con el élfico, no pretende transmitir belleza y armonía sino mensajes prácticos y directos.

El klingon forma parte central de la cultura trekkie y es habitual escucharlo en convenciones de fans de la serie y las películas, donde a menudo se repiten expresiones como nuqneH ("¿qué es lo que quieres?") o Qapla' (palabra con la que se desea honor y fortuna a alguien), pero no muchos saben ir más allá de esas pocas palabras. "La mejor manera de aprenderlo es apuntarse al Instituto de Lengua Klingon, que se encuentra en Estados Unidos", asegura Raúl García Tejedor, organizador del salón del cómic Imaginamálaga y autor del libro Star Trek: El imperio Klingon, una fuente mucho más accesible a la hora de sumergirse en la cultura de esta belicosa raza.

En Internet es posible encontrar gran cantidad de información y guías para aprender klingon o, al menos, frases como bortaS blr jablu'Dl'reH QaQuq' nay' ("la venganza es un plato que se sirve frío") y Heghlu'meH QaQ jajvam ("hoy es un buen día para morir"), sentencias muy contundentes que lo son aún más cuando se dicen en voz alta, ya que "el klingon es un idioma de fuerte pronunciación, como el alemán". Destaca especialmente la aportación de Bing, el buscador de Microsoft, que ha incluido está lengua como una más dentro su traductor online.

A pesar de su limitado vocabulario, se han editado ya tres clásicos de la literatura universal traducidos al idioma predilecto de los chicos de The Big Bang Theory: Gilgamesh (ghİlghameS), HamletMucho ruido y pocas nueces (paghmo' tİn mİS).

Al famoso idioma trekkie le ha salido un duro competidor, el dothraki, lengua nacida en la saga literaria Canción de Hielo y Fuego y popularizada a nivel masivo gracias a la serie Juego de Tronos. El escritor George R.R. Martin imaginó el idioma y creó las primeras palabras, pero fue el lingüista David J. Peterson quien amplió el vocabulario y construyó y perfeccionó la gramática, sobre todo después de que la HBO recurriese a la Sociedad para la creación de idiomas antes de comenzar a rodar la ficción televisiva.

Peterson tomó como base las pocas palabras dothraki existentes, las mezcló con elementos de lenguas como el ruso, el turco y el swahili y construyó el idioma basándose en dos pereceptos: que fuese acorde con los usos que ya se le había dado en los libros y que fuese fácil de aprender y pronunciar para los actores.

El fenómeno fan generado por la serie ha disparado el interés por esta lengua. Conscientes de esta realidad, la HBO y el propio Peterson han lanzado Living Language Dothraki, un libro con más de 500 frases y palabras útiles para la vida cotidiana que viene acompañado además por un CD que ayuda a mejorar la pronunciación. La oferta se completa con un curso online y una aplicación para dispositivos móviles. Al margen de los productos oficiales también es posible encontrar apps como Diccionario DothrakiEduxeso - Dothraki language.

Existen además multitud de sitios web en los que aprenderla, así que cada vez es más sencillo mantener una relación de amor en la lengua de los señores de los caballos. Yer jalan atthirari anni ("Eres la luna de mi vida"), dirá él; Sekh ma shieraki anni ("·Eres mi sol y mis estrellas"), responderá ella.

Aunque de momento no ha logrado tanta repercusión, el na'vi —la lengua que hablan los azules habitantes del planeta Pandora, de la película Avatar también tuvo su momento de gloria gracias al furor generado por la tridimensional cinta de aventuras de James Cameron. Fue creada por el profesor y lingüista Paul Frommer. Su vocabulario estaba formado en 2009 por unas quinientas palabras, pero esa cifra ha ido creciendo gracias a las aportaciones de los fans consentidas por el propio Frommer.

Es previsible que, cuando vean las luz el resto de películas de la saga —en teoría existen tres en desarrollo cuyo estreno no para de retrasarse—, será normal escuchar algo así como Kaltxì. Ngaru lu fpom srak? ("Hola, ¿Cómo estás?").

A la historia de la literatura ha pasado el nasdat. No se trata de un idioma sino de una jerga juvenil ideada por el escritor Anthony Burgess para La naranja mecánica. Consiste en la sustitución de palabras convencionales por otras extraidas de lenguajes eslavos, sobre todo el ruso. En las primeras ediciones, la novela no incluía ningún glosario, pero ahora es raro encontrarse con una que no lo lleve.

Se popularizó sobre todo a raíz de la adaptación cinematográfica de 1971 realizada por Stanley Kubrick, en la que la jerga se simplificó bastante para hacerla más comprensible a los espectadores. A cualquiera familiarizado con la obra le sonarán palabras como militsos ("policía"), drugos ("amigos") o ruca ("mano").

El idioma con el que nadie se ha atrevido aún es el shyriiwook, la lengua principal de los wookiees, la raza a la que pertenece el entrañable Chewbacca de Star Wars. Descifrarla sería todo un reto para los lingüistas... o para los zoólogos, no está muy claro.

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