Quienes opinan negativamente sobre el botellón bajan del 66 al 21%, y los que están algo, bastante o muy de acuerdo con que se prohíba, pasan del 63 al 30% después participar en el foro de debate de la primera encuesta deliberativa efectuada en España, en la ciudad de Córdoba.

También cambia la idea sobre qué se hace en el botellón, ya que aumentan del 19 al 51% aquellos que piensan que los jóvenes beben con moderación, y del 18 al 60% los que creen que se comportan de forma cívica.

Al mismo tiempo, se reducen los que consideran que los jóvenes beben, en general, más que los adultos, del 79% al 56% tras la celebración del foro.

La encuesta inicial fue realizada por el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA) y el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que entrevistaron personalmente en sus hogares a 1.210 personas.

Seis semanas después, una muestra representativa de 136 personas de la primera (por edades, sexos, con o sin hijos adolescentes y jóvenes) volvieron a efectuar la encuesta después de debatir y conocer durante dos días la opinión de expertos favorables, contrarios y neutros ante las diferentes cuestiones, y el planteamiento de partidos y administraciones.

"La información y el debate sobre el botellón conforma unas opiniones más matizadas y cautelosas, al tiempo que menos estereotipadas", según las conclusiones presentadas hoy por el presidente del CIS, Fernando Vallespín, y el director del IESA, Manuel Pérez,

Esta primera experiencia "demuestra" que, junto al estudio bruto de la opinión pública, es importante tener en cuenta cómo ésta se modifica al contar con más información y con la posibilidad de debatir como mecanismo de participación democrática.

Grandes cambios de opinión

Según los resultados, se reducen los que entendían que el botellón es una reunión para beber sin más, que bajan de más del 60% al 25% aproximadamente, y suben quienes piensan que también sirve para relacionarse, del 5% al 25% aproximadamente.

También descienden los que defienden que se prohíba beber cerveza en el parque (del 42 al 25%), que la policía pueda requisar bebidas en el calle (del 65 al 33%), que se multe el consumo en lugares no habilitados (del 69 al 35%), que se impida beber a la puerta de los bares (del 51 al 34%) y que se tomen medidas para limitar el consumo incluso entre los adultos (del 67 al 60%).

Habilitar zonas específicas para esta práctica como algo, bastante o muy útil pasa de un apoyo superior al 60% a poco más del 20%.

En relación con aumentar la presión policial, el respaldo pasa del 80% inicial al 67%.

Se mantienen en niveles superiores al 90% la utilidad de campañas educativas y de promover el ocio alternativo.