Joaquín Sorolla: el español que sedujo a Estados Unidos

  • La Fundación Mapfre exhibe desde el 26 de septiembre obras nunca antes vistas del pintor valenciano en la muestra 'Sorolla y Estados Unidos'.
  • La exposición, que ha pasado antes por Dallas y San Diego, se centra en el rotundo éxito que el artista tuvo en vida en EE UU.
  • Pintor internacional desde sus inicios, supo mostrar una visión moderna y colorista de España que cautivó a medio mundo.
'Corriendo por la playa', de Sorolla
'Corriendo por la playa', de Sorolla
Museo de Bellas Artes de Asturias
'Corriendo por la playa', de Sorolla

El pintor 'infalible' que es Joaquín Sorolla (Valencia-1863, Madrid, 1923),  ni siquiera la crisis ha hecho que bajen los precios de sus cuadros en las subastas (otros sí lo han hecho), regresa a Madrid y con fuerza con un título bien alejado de cualquier metáfora: Sorolla y Estados Unidos.

La última vez fue en 2009, en el Prado, con una poderosa antológica que mostraba el alcance de la referencia obligada que es este pintor del XIX, vigente desde entonces y quizá más que nunca hoy. Desde el principio Joaquín Sorolla se sintió un pintor internacional, meta más que demostrada.

Es la Fundación Mapfre la que trae de vuelta al pintor que supo sacar de nuestras fronteras su visión moderna de España, y también con una apuesta fuerte: la exhibición de su producción norteamericana, su cara más cosmopolita y la que más profundamente caló en EE UU, muy poco expuesta en España, a través de 150 obras, muchas de ellas nunca vistas antes.

Antes de su llegada a España (del 26 de septiembre al 11 de enero), la muestra ha hecho parada en el Meadows Museum de Dallas y el San Diego Museum of Art.

De entre las obras que nunca se han visto o apenas han podido verse aquí, hay cuatro estudios de gran tamaño del lienzo Corriendo por la playa, creaciones que se acaban de catalogar pues su descubrimiento es bastante reciente.

De cómo EE UU se enamoró del español

En 1909, ya con todos los reconocimientos posibles que un pintor español podía obtener por aquel entonces, fue por primera vez Sorolla a Estados Unidos, con motivo de la inauguración de tres muestras. Nueva York, Boston y Buffalo exhibían al artista.

El éxito fue rotundo y sin precedentes: no había día que no hubiera que esperar un buen rato para llegar a la entrada. Los más importantes museos y coleccionistas privados compraban buena parte de su producción.

En aquellas tres exposiciones vendió casi 200 obras y pintó un considerable número de obras.

Estados Unidos abrazaba al español, sus paisajes mediterráneos, sus jardines, sus mares y sus niños en la playa y sus retratos (aunque él no se considerara un retratista).

El español también cayó rendido ante quienes no dudaron en situar su arte en el puesto más alto. Y acertaban de pleno: en 2014 es un valor seguro.

El ojo americano para el talento no erraba el tiro y eran muchos los que querían que los retratara Sorolla, incluidos colegas de profesión como Louis Comfort Tiffany.

La exposición de Mapfre inicia su recorrido cinco años antes de esta primera visita a Estados Unidos, pues algunas de sus obras más importantes ya eran parte de importantes colecciones norteamericanas, como Puerto de Valencia o El algarrobo.

Otra Margarita y Triste herencia, que habían recibido los máximos premios españoles, no habían sido compradas aquí, pero Estados Unidos sí lo hizo.

Los pilares: sus valedores

El hispanista multimillonario Archer Milton Huntington (fundador de la Hispanic Society of America) fue el valedor más importante de Sorolla.

Cautivado Archer por sus pinturas tras haberlas visto en Londres en 1908, introdujo su obra en Estados Unidos. La Hispanic llegó a tener 159 lienzos del artista, y para la institución hizo el valenciano 14 grandes paneles de lema y título: Visión de España.

El nexo entre Sorolla y su mecenas fue fundamental, de ahí que haya un espacio dedicado a ello con obras que dan fe de los momentos cruciales en la introducción del artista en Estados Unidos. Aldeanos leoneses o Estudio para Sol de la tarde son algunas de las primeras compras de obras de Sorolla por parte de Huntington.

Su otro gran mecenas, Thomas Fortube Ryan, poderoso hombre de negocios, compró más de 20 obras suyas. A él se deben encargos como Cristóbal saliendo del puerto de Palos (se puede ver por primera vez en Mapfre) y Baile en el Café Novedades de Sevilla, también en la muestra y apenas vistas antes.

En 1911 regresó a Estados Unidos, acompañado de nuevo por su mujer Clotilde, para volver a exhibir su obra: Chicago y San Luis exponían sus cuadros. El triunfo de su visita anterior se repetía.

De este viaje son 15 acuarelas con vistas de la ciudad tomadas desde su habitación del hotel Savoy. Por primera vez se pueden ver estas obras juntas en España. Fueron pintadas en los cartones que usaban en la lavandería de los hoteles para doblar las camisas.

También en esta exposición el espectador podrá ver los dibujos a lápiz que hacia el artista en el reverso de los menús en los restaurantes de los hoteles: el Blackstone de Chicago y el Savoy de Nueva York.

Retrataba, mientras comía, a los clientes: es el caso de Mujer con sombrero, obra en el reverso de una carta de restaurante que puede verse en la muestra. Se muestran por primera vez 24 de los más de cien que conserva el Museo Sorolla.

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