Estas investigaciones, aparentemente, suman argumentos a quienes, en el debate sobre la homosexualidad, sostienen que se trata de una característica biológica y no de una conducta elegida.
La revista "Proceedings of the National Academy of Sciences" publicó un estudio, dirigido por Ivanka Savic en el Instituto Karolinska, en Estocolmo, sobre las reacciones de hombres y mujeres heterosexuales, así como de hombres homosexuales, al olor de hormonas sexuales masculinas o femeninas.
La exposición a la testosterona, la hormona sexual masculina, causó respuesta en las porciones del cerebro involucradas en la actividad sexual en las mujeres heterosexuales y los hombres homosexuales, indicó el estudio. Pero no obtuvo respuesta en los hombres heterosexuales.
Cuando a todos los sujetos del estudio se les expuso a olores como lavanda o cedro, todos los cerebros reaccionaron solamente en las regiones que manejan los olores.
Por su parte, los neurocientíficos Charles Wysocki y Yolanda Martins, del Centro Monell de Sentidos en Filadelfia (Pensilvania), usaron para su experimento muestras de sudor tomada de axilas de 24 donantes de diferente género y orientación sexual.
Los investigadores luego pidieron a 82 hombres y mujeres, heterosexuales u homosexuales, que indicaran sus preferencias. De acuerdo con el estudio en Monell, que se publicará completo en la edición de septiembre de la revista "Psychological Science", los hombres y las mujeres homosexuales mostraron preferencias que son distintas de las de los hombres y mujeres heterosexuales.
"En particular, los hombres homosexuales mostraron diferencias notables de los hombres y mujeres heterosexuales, y de las lesbianas, en términos de los olores corporales que prefieren y de cómo sus propios olores son percibidos por los otros grupos", según el estudio.
Los hombres homosexuales manifestaron una pauta de preferencia por el olor de los hombres homosexuales y de las mujeres heterosexuales.
En términos generales, la preferencia de olores estuvo relacionada con la percepción acerca de cuán placentero o desagradable sea un olor, y no con la intensidad del mismo, explicaron los investigadores.
"Tenemos que comprender cómo los mecanismos biológicos responsables por la producción del olor corporal difieren en estos grupos definidos por género y preferencia sexual", dijo Martins.
Asimismo, agregó, es necesario identificar los factores que hacen que los hombres tengan una percepción de los olores distinta de la de las mujeres, y que esas diferencias también existan entre homosexuales y heterosexuales.
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