Este aumento de 20 km/h respecto a la velocidad máxima actual (280 km/h) apenas modificará varios minutos el tiempo del trayecto. Así, el recorrido Madrid-Zaragoza ganará alrededor de cinco minutos, el de Zaragoza-Lérida unos dos minutos y tres o cuatro 0minutos, el de Zaragoza-Tarragona.

La diferencia será escasa, porque el tren no alcanzará los 300 km/h. de manera constante a lo largo de todo el recorrido. El AVE reduce su velocidad al pasar por zonas geográficas complicadas.

El consumo de energía, sin embargo, sí que aumentará de manera considerable con este cambio de velocidad y es posible que se modifique el precio de los billetes, aunque Renfe no lo ha confirmado por el momento.

«Si el tren consume mucha más energía habrá que pagarla por algún lado y está claro que esto va a influir en  el importe del billete, si no ahora, dentro de unos meses para que no se note tanto», afirma Luis Granell, experto en ferrocarriles y miembro de la Coordinadora para la Reapertura del ferrocarril Canfranc-Olorón (CREFCO).

Granell incide en la necesidad de que también se pongan en servicio trenes con precios asequibles que permitan a todos los ciudadanos hacer uso de ellos. «Las infraestructuras del AVE las hemos pagado todos, pero luego sólo la gente adinerada puede disfrutar de los viajes en alta velocidad. Desde que no hay trenes baratos para ir a Madrid la gente se ha pasado al autobús», dijo Granell.

La utopía de los 350 km/h

El Ministerio de Fomento previó en un principio que el AVE Madrid-Zaragoza-Barcelona funcionaría a una velocidad máxima de 350 Km/h. Se calculaba que la distancia Madrid-Zaragoza se cubriría en una hora y cuarto. Distintos problemas con las infraestructuras impidieron que el tren se inaugurara con esa velocidad, que quizá nunca pueda alcanzarse. En la actualidad, el AVE viaja a 280 km/h (máximo) y tarda hora y media en cubrir ese recorrido, pero gasta mucha menos energía.