La reforma electoral del PP: un cambio de reglas que puede virar en su contra el patrón de voto

El líder del PP, Mariano Rajoy, deposita su voto en las elecciones municipales y autonómicas de 2011 en el colegio madrileño Bernadette de Aravaca.
El líder del PP, Mariano Rajoy, deposita su voto en las elecciones municipales y autonómicas de 2011 en el colegio madrileño Bernadette de Aravaca.
EFE
El líder del PP, Mariano Rajoy, deposita su voto en las elecciones municipales y autonómicas de 2011 en el colegio madrileño Bernadette de Aravaca.

"Avanzar en la democracia", evitar "chalaneos" en los despachos o respetar "la voz de los ciudadanos". Así han justificado los dirigentes populares Arantza Quiroga, Rafael Hernando y el mismo Mariano Rajoy la intención del PP de reformar unilateralmente la forma en la que los españoles eligen a sus alcaldes.

Expertos legales y políticos advierten de que la reforma electoral planeada, que pretende que los ayuntamientos sean regidos por la lista más votada, puede incluso volverse en contra de sus promotores. La oposición en bloque, sin embargo, rechaza ya la idea y acusa al PP de querer dar un "pucherazo" cuando queda menos de un año para las elecciones autonómicas y municipales que se celebrarán en mayo de 2015.

La reforma

Descrita de forma vaga en el programa electoral del PP, ni siquiera ha sido detallada ya que los populares se han negado a hacerlo. Incluso han impedido este martes que la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados llamase al presidente del Gobierno para explicarla.

"Existe confusión porque se habla de dos cosas al tiempo y se están mezclando términos. En algunos landers alemanes hay una papeleta para el alcalde y otra para los concejales. Eso es elección directa. En Grecia y Francia gobierna el partido con más votos, es decir, la lista más votada. Parece ser que el PP quiere esto último", apunta Pablo Simón, investigador de la Universidad Libre de Bruselas y editor de Politikon.

"Los sistemas de elección mayoritaria generan bipartidismo, pero puede mitigarse en parte si hay dos vueltas y medidas correctoras como el revocatorio, que permite que los votantes destituyan a un cargo antes de que acabe su mandato. Bien hecha y con consenso, la reforma del PP podría salir bien, pero no es el caso", alerta Gonzalo Caro, politólogo e investigador social.

Los referentes

De seguir adelante, el PP implantará en España una reforma que va a contracorriente de lo que sucede en el resto de Europa. Italia, Francia y Reino Unido son las únicas naciones que eligen a sus alcaldes mediante el sistema mayoritario (con distintas correcciones, según el caso), como ha publicado El Mundo.

Tal y como explica en sus clases el profesor Sociología y Opinión Pública de la Universidad Complutense Antón R. Castromil, los sistemas mayoritarios favorecen la estabilidad y el bipartidismo, pero perjudican a los partidos pequeños; los proporcionales posibilitan gobiernos multicolor más representativos, pero teóricamente más inestables.

Los beneficiados

Según la recopilación realizada por Infolibre, el 90% de las 78 ciudades del país con más de 100.000 habitantes ya tienen como alcalde al candidato de la lista más votada.

Tomando los datos de las elecciones municipales de 2011 y suponiendo que la nueva ley otorgue la victoria al partido que alcance el 40% de los votos emitidos, el PP se garantizaría la victoria en 49 de ellas, donde ya gobierna con mayoría absoluta. Además, la lograría en Zaragoza, Toledo o Vigo, donde manda el PSOE, librándose de gobernar en minoría en Alcalá de Henares, Leganés, Getafe, Lugo o Segovia.

Y conservaría Madrid y Valencia, dos feudos fundamentales que, según las encuestas, perdería con toda seguridad ante una coalición de izquierdas.

¿Es una demanda ciudadana?

Todos los expertos consultados coinciden en que no. "Se lleva años pidiendo una reforma para las elecciones generales que no perjudique a IU o a UPyD. A nivel autonómico y local el sistema es bastante proporcional. Como mucho, el PP podría poner la excusa de que quiere abrir las listas municipales. Con nuestros vecinos de Portugal, somos los únicos que las mantenemos bloqueadas", insiste Pablo Simón.

"La clave, de hecho, no está en cómo elegimos, porque cada sistema tiene pros y contras. La clave está en la absoluta falta de control que tenemos los electores sobre los elegidos durante el tiempo de su mandato. Y esos mecanismos no están sobre la mesa", apunta Gonzalo Caro.

¿Es legal?

Perfectamente. La mayoría absoluta del PP le permite modificar a voluntad la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) y la Ley de Bases de Régimen Local (que regula los ayuntamientos). "No plantea problemas de constitucionalidad; otra cosa es la fórmula elegida y el momento", confirma el Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco Eduardo Vírgala.

La conveniencia

Mariano Rajoy ha insistido en que no es el momento de reformar la Constitución para legislar sobre la Corona o sobre el modelo de Estado (de monarquía parlamentaria a república) porque "no hay consenso". En cambio, el PP ha filtrado su intención de cambiar la ley electoral en solitario pase lo que pase.

"Es impresentable a meses de unas elecciones, pero legal", subraya Gonzalo Caro. "Hacerlo en este momento y por las bravas puede ser peligroso para la legitimidad de un sistema que ya se cuestiona y que ya está tocado", añade, por su parte, el catedrático Vírgala.

"Al PP le puede salir el tiro por la culata. Si se favorecen las mayorías, los partidos de izquierda pueden crear grandes coaliciones preelectorales. Además, hay que tener en cuenta que los votantes también se adaptan al sistema y pueden comportarse de manera diferente al saber que han cambiado las reglas del juego", advierte Pablo Simón.

¿Qué propuso el PSOE?

El PSOE ha llevado la elección directa en sus programas electorales con distintas fórmulas desde 1998, pero nunca la ejecutó por falta de consenso. En la última conferencia política, celebrada en 2013, el partido moderó su propuesta. Hoy, solo habla de acercar la política a los ciudadanos.

¿Hay precedentes de "pucherazos"?

Sí. En 2005, el hoy condenado Silvio Berlusconi perdió las elecciones regionales. Ante el temor de que su partido cayese también en las legislativas, cambió la normativa para que una mayoría simple a nivel nacional le permitiese hacerse con el control del parlamento italiano. "Al final, la caída de votos fue tan fuerte que perdió igualmente", recuerda Pablo Simón, el editor de Politikon.

¿Se llevará a cabo?

Para Simón, el PP está lanzando un globo sonda: "No va con el carácter de Rajoy. Parece que quieren obligar al PSOE a posicionarse. Como Pedro Sánchez ya ha dicho que no respaldará la reforma, el PP puede utilizar el discurso de que sus rivales pactarán con cualquiera con tal de arrebatarles la victoria. Repetirán el argumento que su secretaria general, María Dolores de Cospedal, ya ha enarbolado: es el PP o la nada".

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