Padres de alumnos de colegios de Valdemoro, Vallecas, Fuencarral y Leganés, entre otros, han decidido rebelarse contra esta evaluación y han anunciado que no llevarán a sus hijos a clase mañana, día de la prueba, o los enviarán al centro con una carta en la que no autorizan el examen.

Esta prueba no computará en el expediente académico. Su única función será tomar medidas para reducir el fracaso escolar y, aunque será anónimo, los padres podrán conocer el resultado de los chicos.

«Mi hija no es una cobaya, así que no voy a permitir que haga ese examen. Además, no ha habido consenso para esta prueba que es poco menos que una reválida», asegura la madre de una alumna del colegio Lerena, de Valdemoro.

En Vallecas, doce colegios se han sumado a esta iniciativa, pero la decisión final será a título personal. «Algunos enviaremos a nuestros hijos a clase con una carta en la que pediremos que no hagan la evaluación», señala otro padre.

Las asociaciones de padres de varios colegios temen por «el uso político» que pueda hacerse de los resultados.

El consejero de Educación, Luis Peral, asegura que los chicos que no acudan a clase tendrán que justificar su ausencia como se hace normalmente y que se respetará la decisión de quienes no quieran hacer el examen.

Los sindicatos CC OO y UGT y la FAPA Giner de los Ríos han recurrido la prueba ante el Ministerio de Educación.

La prueba durará casi toda la mañana

El examen a los alumnos de sexto de primaria de la región ocupará casi todo el horario matinal de clase. A las 10.00, a los alumnos se les entregará un cuadernillo en el que, en 45 minutos, tendrán que hacer un dictado y responder a preguntas tanto del dictado como de cultura general. Después, descanso de media hora, diez minutos de explicación para la segunda prueba y otros 45 minutos para el segundo cuadernillo, con preguntas y ejercicios de matemáticas. Los profes de los chicos estarán en la prueba, pero la dirigirán y corregirán inspectores de la Comunidad.