Desde Homs hasta España: un viaje de cinco meses para huir de la guerra civil en Siria

  • España es uno de los últimos destinos que deciden las familias sirias para solicitar refugio tras huir de la guerra civil de su país.
  • Nur Eddin —nombre ficticio— ha tardado cinco meses en llegar a España, tras desembarcar en el puerto de Málaga el pasado viernes 18 de julio.
  • Buscará junto a su mujer y sus hijos a sus familiares que llegaron tiempo atrás.
Varios refugiados sirios, a su llegada al puerto de Málaga.
Varios refugiados sirios, a su llegada al puerto de Málaga.
YULI JARA
Varios refugiados sirios, a su llegada al puerto de Málaga.

Fue el pasado mes de febrero cuando Nur Eddin —nombre ficticio para mantener el anonimato— decidió cruzar la frontera de Siria hacia Líbano junto a su mujer embarazada de cinco meses y sus cuatro hijas pequeñas. En enero, apenas un mes antes de que decidiese huir de la guerra civil en Siria, murieron más de dos mil personas en todo el país, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

Llegó hasta Líbano y compró seis billetes de avión para alcanzar Argelia. Más tarde, viajó hacia Marruecos y después consiguió llegar hasta Melilla, donde entró en los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) bajo la categoría de "inmigrante en situación de vulnerabilidad". Desde que salió de la ciudad asediada de Homs (Siria), tuvo claro cuál sería su destino: Barcelona. Aquí buscará varios familiares que consiguieron salir tiempo atrás del país árabe.

Tras cinco meses en busca de seguridad para su familia en un nuevo país, el pasado 18 de julio desembarcó del 'Juan J. Sister' junto a un par de maletas en el puerto de Málaga. No llegaron solos, sino en un grupo de 50 sirios más. Todos provenían del CETI de Melilla. Todas las familias comparten un denominador común, pues han huido de una guerra civil que se ha cobrado ya unas 170.000 vidas, según el OSDH, y ha entrado ya en su cuarto año desde que comenzó en 2011 coincidiendo con el inicio de las revoluciones de la 'Primavera árabe'.

Nur Eddin  dejó atrás la ciudad de Homs. Ahí se quedó "todo", cuenta. "Familia, trabajo, amigos… Algunas personas a las que conocía murieron", lamenta mientras sostiene entre sus brazos a Mohammed, el único de sus cinco hijos que no ha sido testigo de la devastación de la guerra, pues nació el pasado mes de junio en Melilla. La mayor parte del tiempo desde que salieron de Homs, ciudad que durante dos años padeció el asedio por parte del Ejército Sirio de Bachar Al-Asad, la familia ha permanecido en este centro, donde reconoce que la convivencia durante cuatro meses con el resto de personas "a veces era un poco difícil".

La llegada de las seis familias sirias -provenientes de Alepo, Hama y Homs, principalmente- a la península se produjo a primera hora de la mañana. El reloj marcaba las 8.00 h cuando desembarcaron con un par de maletas, carritos de bebé, los pasaportes en una mano y los tickets del viaje en otra, guardados cuidadosamente en un sobre por miedo a perder su billete hacia una vida mejor. Tras su paso por el control de aduanas, donde presentaron el pasaporte sirio, según explica Nur Eddin, comenzó la asistencia por miembros de la Cruz Roja. Entre los menores de edad que habían viajado, unos 13 niños no sobrepasaban los cinco años de edad. “Nunca hemos destinado a familias con niños tan pequeños”, comentó una de las voluntarias tras entregar galletas y batidos de chocolate a los menores.

La labor de Cruz Roja

La sala, destinada exclusivamente para el recibimiento tanto de sirios como de subsaharianos, es tan solo un lugar de paso, cuya estancia se reduce a unos 45 minutos. Aquí Cruz Roja se encarga de ofrecerles la posibilidad de acogerse como refugiados y otras formas de protección en caso de desestimar la primera opción.

"Cruz Roja, coordinada con el Ministerio de Empleo y Servicios Sociales, se encarga de ayudar en el traslado hacia centros donde la intervención sea más integral", explica Rosa Flores, responsable del  Centro de Atención a Inmigrantes de Puente Genil. Una vez llegan a los centros "se les explica dónde están y que tienen derecho a solicitar asilo internacional", detalla. "Les explicamos también que tienen derecho a abogados y asesores legales que se les apoyen en los trámites en los trámites. Además, les ofrecemos una cobertura de necesidades básicas", asegura.

El traslado hacia la Península, de todos los inmigrantes que llegan a los CETI de Melilla como de Ceuta, es autorizado por el Ministerio de Interior con el fin de disminuir el número de personas que conviven, pues supera cuatro veces su capacidad (de 400 personas acoge a más de 2.000 hasta el 12 de junio según publica ACNUR). Además, el Ministerio se encarga de correr con los gastos de los viajes de manera que el precio del billete en barco del recién nacido Mohammed, el hijo pequeño de Nur Eddin, así como del resto de sirios y subsaharianos, no tiene coste alguno para ellos.

Tal y como explica Rosa Flores, a pesar de que entren al país bajo la categoría de inmigrante y en el futuro caso de que permanezcan en España bajo alguna situación de irregularidad "no serán devueltos a su país Siria, que está en conflicto". Un caso que no se da con los inmigrantes que llegan por otros motivos. "Un inmigrante económico y un solicitante de protección internacional es distinto. Una persona que huye de su país porque su vida corre peligro allí necesita protección internacional y, al solicitarla, el beneficio es que estás protegido desde el primer momento. Desde el soporte social hasta la cobertura de las necesidades básicas. Ese apoyo a tu integración está más garantizado", explica.

Según los datos publicados recientemente por ACNUR, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, tan solo un 4% de las personas que huyen de Siria solicitan asilo en Europa; es decir, unas 123.600 personas. Además, los datos recabados señalan a España como uno de los últimos destinos elegidos para solicitar asilo muy lejos del 70% de las solicitudes que reciben Suecia, Alemania, Bulgaria, Suiza y los Países Bajos.

El informe 'Refugiados sirios en Europa' de ACNUR destaca que las vallas y los sistemas de vigilancia que se han reforzado en los enclaves de Ceuta y Melilla suponen una problemática para los sirios a la hora de pedir protección internacional. "Actualmente los solicitantes de asilo no tienen canales legales para acceder al territorio", señala el informe. "Empujando a que utilicen contrabandistas y otras alternativas peligrosas que aumentan los riesgos de trata de personas", detalla. "La frontera entre Melilla y Marruecos fue cerrada el pasado mes de febrero cuando un grupo de 200 sirios intentaron en vano acceder a España a través del puesto fronterizo", denuncia. Desde la organización esperan que la llegada de refugiados sirios a Europa continúe creciendo durante el 2014 y esperan que los países europeos estén preparados para una mejor acogida.

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