La periodista María Patiño lleva catorce años tratando de desentrañar la verdad sobre idilios, rupturas y conflictos en tertulias de crónica social. Desde el pasado 18 de julio es, además, la presentadora de verano del programa Sálvame Deluxe. Su debut como conductora televisiva fue aplaudido por la audiencia, que le otorgó un  20,7% de cuota de pantalla. Ella, además, se sientió "satisfecha".

De ser yo famosa y siendo usted periodista del corazón, ¿todo lo que le dijera podría ser utilizado en mi contra?

Todo el mundo sabe perfectamente a qué se dedica María Patiño y, cuando charlo con alguien famoso, no hay trampa ni engaño. Si me cuentan algo doy por hecho que lo puedo contar, a no ser que me pidan lo contrario. Y hay muchos casos en los que es el propio famoso el que te emplea como instrumento para difundir una información.

¿Por qué cree que la Facultad de Periodismo pasa por alto la crónica social?

No entiendo por qué no se estudia. El rigor que hay que aplicar en este trabajo y el método es el mismo que en otras temáticas: partes de una información, tratas de corroborarla con distintas fuentes...   Cuando estudié periodismo nunca me planteé trabajar en crónica social. Luego probé y me encantó.

¿Qué le enganchó de ese mundo?

Encontré en él muchísima libertad. Como es una temática que no preocupa a nadie en concreto, ni a los que están en el poder, tienes mucha independencia. Eso no quiere decir que no sea consciente de que la crónica social es más intrascendente que otras informaciones y que, con frecuencia, constituye más entretenimiento que información.

¿Es verdad que el que no quiere, no sale en la foto?

No, yo creo que todas las personas con una trascendencia pública tienen muchas papeletas de salir en la foto. Eso hay que asumirlo y, si no, uno tiene que cambiar de profesión.

¿Se ha convertido alguna vez en el objetivo de sus compañeros?

Me han retratado yendo con mi pareja o sola, pero nunca me he sentido acosada ni perseguida. Y de mi boca no va a salir nada sobre mi vida personal porque me da vergüenza.

Y usted, ¿a quién cuenta su vida?

A mis amigos, a mi familia y poco más. No me sale hacerlo en un plató, no por prejuicios, sino porque tengo mucho pudor. No lo sabría hacer y yo soy de la idea de que las cosas, si se hacen, hay que hacerlas bien. No soy de medias tintas, soy de blanco o negro.

¿Quién es mejor periodista rosa, el que sabe guardar los secretos o el que los cuenta?

El que los cuenta, porque nos valoran por lo que decimos, no por lo que callamos. Aunque a veces tienes que silenciar algunas cosas para que tu interlocutor no pierda su confianza en ti. Es difícil estar a dos aguas. Por si acaso, yo suelo mantener las distancias con los personajes conocidos y tengo muy pocos amigos entre ellos, así es más sencillo hacer mi trabajo.

¿Es más duro ser paparazzi o librarse de ellos?

Se trata de una profesión vocacional y nunca va a estar suficientemente pagada. Algunos pueden estar seis meses detrás de una foto y no conseguirla. Si te vas detrás de un personaje a las Maldivas, por ejemplo, te tienes que instalar en su mismo hotel, tal vez de cinco estrellas. Hay que adelantar el dinero y nunca se tiene la certeza de que lo vas a recuperar: hay que conseguir la foto y, luego, venderla. Es un trabajo sin horarios, te tiene que gustar.  Ahora, además, han bajado los precios.

Hace un tiempo se habló de un desgaste de los contenidos rosas en la parrilla...

Llevo catorce años en la tele escuchando esa cantinela. Hubo un boom en la década pasada con programas como Tómbola o ¡Qué me dices! Ahora creo que está en su justa medida. Pero no creo que el género vaya a morir, como tampoco creo que vayan a desaparecer los toros. Existe interés entre la audiencia, que quiere entretenerse y ver la vida de los demás para olvidarse de la suya.

¿Quién de los tertulianos de 'Sálvame DeLuxe' le ha sorprendido más en este tiempo?

Me entiendo muy bien con todos pero el que tal vez me ha sorprendido más, y para bien, es Kiko Matamoros. Tiene una relación personaje –periodista complicada, pero es un compañero excepcional. Es de los que te apetece abrazar. Mira que me saca cabezas, pero me provoca mucha ternura.

Ponga una nota a su papel de presentadora...

Solo puedo decir que estoy satisfecha, aunque tengo que limar muchas cosas y controlar más los nervios.

Nació en 1971 en El Ferrol, aunque se crió en Sevilla. Se licenció por Periodismo y comenzó su andadura profesional en la agencia Europa Press. Más tarde, daría el salto a la televisión, primero como redactora en el programa ¡Qué me dices!, y después en espacios como Sabor a ti y ¿Dónde estás corazón? En los dos últimos años y medio ha trabajado en el espacio Sálvame Deluxe.