La crecida del río Ebro experimenta un lento descenso

La crecida del río Ebro a su paso por la capital aragonesa ha experimentado un descenso continuado, aunque lento, según datos facilitados por la Confederación Hidrográfica del Ebro.

En la mañana del viernes el Ebro registraba un nivel de 2.203,60 metros cúbicos por segundo y una altura de 5,10 metros, mientras que a última hora de la tarde del jueves, festividad de Jueves Santo, alcanzó los 2.247 m3/s y 5,15 metros de altura, datos que fueron interpretados entonces como indicativos de cierta estabilidad.

La lluvia que a partir de las 18:00 horas del jueves cayó sobre Zaragoza no han afectado al caudal, ni han puesto en riesgo a la ribera de Cataluña.

En Zaragoza se produjeron varias intervenciones puntuales en garajes o bajeras, y los vecinos de la urbanización 'Los Huertos' de Alfajarín abandonaron sus viviendas, en su mayoría segundas residencias, ante el peligro de inundación, a causa de unos campos cercanos anegados por la rotura de una mota.

El estado de las motas de protección continúa siendo el principal peligro, como ocurrió hace dos jornadas en Castejón (Navarra), debido a las tres crecidas del Ebro de los últimos días.

Continúa la alerta

El nivel de alerta, según informó el consejero de Medio Ambiente aragonés, Alfredo Boné, se mantendrá hasta este sábado, porque aunque la afección de esta riada es "inferior" a la que en un principio se preveía, el peligro "no ha pasado" y "no se debe bajar la guardia".

Una vez que ha pasado por Zaragoza, la punta de la riada se encamina a los pueblos de la Ribera Baja, donde también las poblaciones están, en un principio, a salvo. El municipio de Alagón, cercano a Zaragoza pero aguas arriba, ha habilitado, con camas y provisiones, el polideportivo municipal, el de San Juan y la sala de fiestas para el caso de que alguna población cercana necesite evacuar a su población, explicó el alcalde, José María Becerril.

En Alagón se han anegado entre 400 y 500 hectáreas de tierras de cultivo y han quedado destruidas parte de las infraestructuras agrarias, pero no ha sucedido nada grave en el casco urbano.

Durante la mañana del jueves permanecieron cortadas, por las inundaciones, tres carreteras: la A-1107, que une la N-II con la N-232 a la altura de Pina de Ebro (Zaragoza); la Z-523, en Gallur (Zaragoza) y la A-126, entre los kilómetros 34 y 55, en Alagón, aunque esta última se abrió al trafico el mismo jueves.

La Dirección General de Protección Civil y Emergencias, por su parte, mantiene el aviso a las delegaciones del Gobierno en Navarra, Aragón y Cataluña ante la crecida, y recomienda precaución en el tránsito por las zonas que pudieran verse afectadas.

El jueves estaban cortadas la carretera A-1107, que une la N-II con la N-232, desde el punto kilométrico 4,500 hasta el 5 a la altura de Pina del Ebro.

Comisión de dañosEl Gobierno de Navarra creará en su próxima reunión una

comisión de evaluación de los daños producidos por las inundaciones, que han afectado principalmente a la Zona Media y Ribera, y cuya remisión ha llevado a la desactivación del Plan de Emergencias.

El consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Javier Caballero, subrayó que la situación, una vez que la punta máxima de la avenida del Ebro pasó en la madrugada del miércoles por Cortes, camino de Aragón, está "en fase de normalización".

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