Los ecologistas en Canadá: "Sabemos que somos los ojos del mundo y por tanto nadie podrá impedir nuestra tarea"

  • Hemos entrevistado a Rebecca Aldworth, una de las conservacionistas que con más ardor lucha contra la matanza de focas en el Golfo de San Lorenzo.
  • El Gobierno canadiense ha impedido la presencia de observadores en la zona sur del Golfo.
  • Sin embargo, Rebecca y sus compañeros estarán sobre el hielo cuando el miércoles comiencen las matanzas en la zona norte.
  • Aldworth critica la labor y la hipocresía del Gobierno canadiense, asegura que la situación empeora con los años y advierte del desastre ecológico que se ha producido en esa zona.
  • También afirma que la mejor manera de frenar las matanzas es secundar el boicot de los productos pesqueros canadienses y hacérselo saber al Gobierno de ese país.
La conservacionista Rebecca Aldworth, junto a una de las focas que defiende con ahínco desde hace años.
La conservacionista Rebecca Aldworth, junto a una de las focas que defiende con ahínco desde hace años.
HSUS
La conservacionista Rebecca Aldworth, junto a una de las focas que defiende con ahínco desde hace años.
20 minutos entrevistó esta mañana por teléfono a Rebecca Aldworth, directora del programa de conservación animal canadiense de la
Humane Society de Estados Unidos. Rebecca se halla en algún lugar sin determinar (por seguridad) de la parte norte del
Golfo de San Lorenzo, a la espera de poder documentar las matanzas que se produzcan una vez que llegue la flota canadiense a esa zona a mediados de esta semana.

Con esta ya son nueve veces las que usted se desplaza al Golfo de San Lorenzo para documentar las matanzas de focas. ¿Puede hablarse de algún cambio a mejor en estos nueve años?

Todo lo contrario. Cada vez presenciamos más casos de crueldad, más focas que son despellejadas vivas o que son heridas de muerte y abandonadas a su suerte durante largo tiempo.

Cada vez presenciamos más casos de crueldad
Este año el Gobierno canadiense ha fijado una cuota de 270.000 focas. Respecto a los últimos años, ¿puede hablarse de una disminución en el número de capturas?

En los últimos tres años se ha matado 1 millón de focas. Desde este punto de vista, puede hablarse de una pequeña reducción en el número de capturas, pero hay que tener en cuenta que ahora se matan muchas más focas que en la década de los 70 y 80, cuando empezaron los movimientos de protesta contra estas prácticas.

Además, hay que tener en cuenta el desastre ecológico que ha tenido lugar en el Golfo de San Lorenzo. En muchas de las zonas donde antes había hielo, ahora hay agua. Tanto las focas como los osos polares como muchos otros animales de estas latitudes necesitan el hielo para sobrevivir.

El Gobierno canadiense estimó que este año se habían producido alrededor de 260.000 nacimientos y calcula que el 90 % de estas focas bebé han perecido por culpa del deshielo. Nuestras observaciones confirman estas cifras, ya que en los días que pasamos en la zona sur apenas pudimos localizar un puñado de focas sobre placas aisladas de hielo.

Los mismo sucede en la zona norte. El Gobierno habla de que aquí hay 70.000 focas y nosotros estamos esperando que nos diga dónde.

El 90 % de las focas bebé han perecido este año en la zona sur del Golfo por culpa del deshielo
¿Por qué sigue el Gobierno canadiense respaldando la caza de focas e incluso dando facilidades a los cazadores?

Porque este año hay elecciones estatales (las de Terranova y Labrador tendrán lugar en octubre de 2007). El Gobierno busca los votos de los pescadores y sabe que en el Este de Canadá los temas de pesca tienen un importante impacto electoral.

¿Por qué se matan focas tan pequeñas?

Porque la piel más valiosa es la de las focas que tienen unas tres semanas de vida. Las focas adultas tienen cicatrices, se arañan la piel con el hielo, etc. Además, las focas más jóvenes son también las más indefensas y las más fáciles de cazar. Normalmente la madre cuida de las crías hasta los doce días y luego las deja a su suerte. En ese momento los cazadores aprovechan para cazarlas, cuando se encuentran en mayor situación de indefensión.

Las focas más jóvenes son también las más indefensas
¿De qué instrumentos se sirven para frenar en la medida de lo posible la matanza?

Por un lado, está el trabajo de documentación. Hoy han comenzado las matanzas y el Gobierno nos ha negado los permisos para poder atestiguar lo que sucede en la zona sur, bajo el supuesto pretexto de que hay pocos barcos de caza. Lo cierto es que no quiere que documentemos el exterminio de las poquísimas focas que hay en esa zona. Sin embargo, ha asegurado que nos concederá permisos para supervisar lo que sucede en la zona norte. Iremos distribuyendo el material a los distintos medios y publicándolo todo también en la web.

Lo cierto es que no quiere que documentemos el exterminio de las poquísimas focas que hay en esa zona

Además, tenemos en marcha una campaña de boicot de los productos pesqueros canadienses. Hay que tener en cuenta que sólo un 5 % de sus ingresos proviene de la caza de focas; el resto se obtiene de la pesca de esas especies, así que un boicot de ese tipo tiene importantes efectos sobre sus ingresos.

Por último, intentamos que los distintos gobiernos y organizaciones supranacionales prohíban la importación de los productos derivados de las focas.

En el caso de la Unión Europea, el Parlamento Europeo aprobó en septiembre de 2006 una moción en la que se solicitaba una prohibición de la importación de productos obtenidos de la caza de focas. 425 de los 732 europarlamentarios firmaron la declaración. La Comisión hasta ahora se ha negado a aprobar una prohibición inmediata, pero ha confirmado que realizará un estudio para ver si la caza de focas en Canadá se realiza de un forma indigna.

Sin embargo, la Comisión ha dejado claro por boca del comisario de Medioambiente, Stavros Dimas, que los estados tienen potestad para prohibir la importación de productos de foca. El primer país en hacerlo fue Bélgica y otros como Italia, Holanda y Reino Unido han tomado medidas en ese sentido, y pronto esperamos que lo hagan los demás.

En sus visitas al Golfo de San Lorenzo, ¿ha sido usted alguna vez amenazada por los cazadores?

Por supuesto. Todos los años recibimos todo tipo de intimidaciones y amenazas. Los cazadores y sus simpatizantes rodean nuestros hoteles, impiden el despegue de los helicópteros, intentan destrozar nuestras cámaras y equipos de trabajo, agitan sus hakapiks (los picos con los que matan y luego arrastran a las focas), etc. Sin embargo, somos muy conscientes de que somos los ojos del mundo en este tema y por eso nada podrá frenarnos a la hora de proseguir nuestra tarea.

¿Qué opina del argumento más utilizado por los cazadores para justificar la caza de focas, el de que estos animales diezman los caladeros de bacalao?

Creo que existen evidencias de todo lo contrario. El gran descenso de las capturas de bacalao desde 1992 (se calcula que ahora los stocks de bacalao se han reducido en un 99 %) no se debe a la actividad de las focas, sino a la nefasta política de gestión de recursos del Gobierno canadiense, que permitió a los pescadores pescar en exceso y diezmar los caladeros. El bacalao sólo representa el 3 % de la alimentación de las focas. Además, las focas también se alimentan de otros depredadores que también se alimentan de bacalao, así que al reducir su número únicamente se consigue exacerbar el problema.

El Gobierno canadiense ha llevado a cabo una nefasta gestión de los recursos pesqueros

¿Qué pueden hacer los ciudadanos de otros países para colaborar en su tarea?

Lo primero es secundar el boicot de los productos pesqueros canadienses y hacérselo saber al Gobierno de ese país mediante los formularios que tenemos en nuestra web.

Lo segundo es contactar con los parlamentarios de su circunscripción para hacerles saber la conveniencia de aprobar cuanto antes la prohibición de importar cualquier producto relacionado con la caza de focas.

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