Los Mossos d'Esquadra investigan la muerte de una mujer de 87 años, cuyo cuerpo presentaba signos de violencia, según ha informado este jueves. Los vecinos creen que puede tratarse de un robo pues en el edificio de enfrente se habían denunciado varios intentos y el piso estaba revuelto.

El miércoles por la noche el hijo de la víctima encontraron a la anciana en el comedor de su domicilio, un piso del barrio barcelonés de Sant Pere en el que vivía sola, y avisaron a la policía catalana. Tenía hematomas por todo el cuerpo y sangre en la cara.

Algunos vecinos han asegurado que el piso pudo ser registrado y que la entrada no estaba forzada y con la llave puesta, por lo que la fallecida pudo dejar entrar a su agresor. Una de ellos ha explicado que la víctima tenía problemas de movilidad, caminaba muy despacio y con pasos muy cortos, circunstancia que pudo aprovechar el agresor.

Esta misma vecina ha indicado que la anciana llevaba toda la vida viviendo en este piso, donde había convivido muchos años con su marido, un músico de profesión, del que se había separado hace más de 30 años. Tuvieron dos hijos: uno casado —quien encontró el cuerpo— y una hija que vivía a varias calles de distancia y que había pasado algunas temporadas viviendo con su madre.

Casi ninguno de los vecinos oyó nada hasta que llegó la policía a la finca antigua de la calle Sant Pere Mitjà, donde vivía la víctima. En el bloque se enfrente se había producido varios intentos de robo, porque la puerta de la finca se quedaba abierta, por lo que colgaron un cartel para pedir a los vecinos que la cierren por su propia seguridad.

El Área de Investigación Criminal de la Región Policial Metropolitana de Barcelona ha abierto una investigación para aclarar los hechos. La policía científica ha recabado pruebas durante la mañana y los agentes de homicidios buscaban testigos.