Optimista y segura de que cualquier tiempo pasado no fue mejor, Nativel Preciado ha recibido el premio Fernando Lara por Canta solo para mí (Planeta) una novela que mira precisamente hacia atrás.

A través de la compleja y prohibida historia de amor de una reportera gráfica y su compañero periodista, Nativel muestra cómo era el periodismo y la vida en una España en la que todo, hasta maneras de amarse como la de los protagonistas, estaba prohibido.

Un premio especial para usted por una novela que también es especial en su vida...

Es un premio que lleva el nombre de una persona a la que admiraba y tenía mucho cariño. Y es un premio que permite abrirte paso en esta vorágine de buenos libros.

No es habitual que se diga que estamos llenos de buenos libros...

Pues yo tengo la mesilla llena. Creo que sí, que hay muchos buenos libros.

¿Por qué ha tenido esta novela tanto tiempo en el cajón?

Porque tenía que esperar a que no me importara lo que dijeran de mí. Las historias reales que cuento son reales y están con los nombres reales, el resto de lo que cuento es ficción.  Es una novela muy personal y además es periodística, porque cuento historias de periodistas, y eso me generaba dudas. Pero ahora estoy encantada. Algunos dicen que el estilo periodístico deforma el estilo literario, pero yo no lo creo.

Pues es de las pocas...

Yo creo que es al contrario, que el periodismo hace que seas más claro, conciso, transparente.

Y eso a esta novela le venía muy bien...

Esta novela me permitía sobre todo recordar aquellos años setenta y ponerlo en orden. Era un tiempo en el que todo estaba prohibido, pero no era todo gris y sórdido. Mis personajes se lo saltan todo, su manera de amarse en aquella época podría hasta haber sido denunciada.

¿Y ahora, que el hartazgo es evidente, no le recuerda en algo a aquellos años?

Sí, en aquel momento se estaba cerrando un ciclo y ahora también se está cerrando. La gente estaba muy harta y sabían que iban a salir adelante. Ahora, igual, pero tenemos libertad y entonces no la había.

¿Cree que estamos a la altura o que el miedo juega fuerte?

Creo que en los momentos críticos la gente se pone a la altura de las circunstancias. La gente de entonces no era mejor que la de ahora, ni los políticos ni las personas, es que les pegaron un tirón y les obligaron a estar a la altura.

¿Y ahora?

Ahora va a haber muchos que se van a poner a la altura. Estamos ante un cambio radical. Hemos agotado el crédito de la generación del 78, la de la Constitución. Y hay que buscar todo nuevo, hay que dejar paso a los jóvenes que se ha tratado de marginar. Aunque sepan menos, tienen el derecho y lo van a hacer.

Podemos...

Sí, es evidente que se pide un cambio. Hay que resetear el sistema. También quieren que abdique yo, pero voy a resistir todo lo que pueda, y si no, siempre queda la literatura, que ahí un viejo siempre puede escribir.

¿Lo harán los políticos?

La prensa y los políticos lo hicimos en aquel tiempo, había que empujar y por eso salimos. Lo único que hicieron los políticos de entonces fue aprovechar la fuerza de la ciudadanía. Y ahora también saldremos airosos, no son peores los de ahora que los de entonces. Miro a los compañeros de entonces que murieron por ejercer la libertad y ¿eran mejores ellos que Couso? No.

Precisamente con el caso Couso estamos viendo cómo se está luchando porque se pueda seguir adelante con el caso...

Sí, es que se tiene que hacer justicia. Fue víctima de una guerra. Hay muchos jueces y magistrados partidarios de defender ese derecho. Se impondrá la justicia.