Dos siamesas, de tres años de edad, serán separadas el mes que viene en la ciudad estadounidense de Cleveland (Ohio).
Las niñas, que nacieron unidas por el cráneo en Italia, llevan seis meses en EEUU a la espera de la intervención, que tratará de corregir una malformación extremadamente rara, que se da en uno de cada 2,5 millones de partos.
Las siamesas, de origen rumano, se llaman Anastasia y Tatiana Dogaru, y viajaron a EEUU gracias a la Fundación Craneofacial Internacional, que costea su estancia en el país.
La parte superior de la cabeza de Tatiana está unida a la de Anastasia en la parte inferior, y varios vasos sanguíneos son comunes a las dos niñas.
Además, los riñones de Anastasia no funcionan y dependen de los de Tatiana.
La operación no está exenta de riesgo, pues cualquiera de las dos puede sufrir daños cerebral, pero tanto la familia como los médicos han decidido programar la intervención asumiendo las posibles complicaciones porque "las niñas no pueden seguir viviendo así", según el doctor Kenneth Salyer, jefe de la intervención.
Su madre, por su parte, afirma que, "como cualquier mamá, sólo quiero unas hijas normales".
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