Esperanza, una 'okupa' de 78 años: "Mientras haya una sola persona en la calle, lucharé"

  • Madre de una niña robada y exactivista del mayo del 68, la pasada semana ocupó un edificio vacío del centro de Madrid para vivir en él.
  • Lleva tres años viviendo gracias a las ayudas del 15-M: "Me echaron de la casa que tenía en Ávila justo cuando empecé a buscar a mi hija", asegura.
  • "Las diez familias que han ocupado el piso son gente normal, como yo, no delincuentes", afirma.
Esperanza Encabo, frente al edificio de viviendas ocupado.
Esperanza Encabo, frente al edificio de viviendas ocupado.
Jorge París
Esperanza Encabo, frente al edificio de viviendas ocupado.

Activista en el París del mayo del 68, pintora, artista, periodista en Bruselas, manifestante del 15-M, vegetariana, madre de un bebé robado durante el Franquismo y, ahora, también okupa. La vida de Esperanza Encabo ha sido tan agitada que, a sus 78 años, parece que poco la queda por ver. Pero en el 2011 encontró un nuevo motivo para luchar después de que un juez la echara de la casa en la que vivía en régimen de usufructo: "Con mi pensión de 365 euros al mes poco podía hacer, pero gracias a los chicos del 15-M encontré una habitación en Carabanchel. Se comía más de la mitad de mi pensión, pero yo no necesito grandes lujos para el día a día", explica Esperanza a 20minutos a la salida del edificio de la calle Toledo, 89 (Centro) , ocupado por ella y otras 10 familias de Madrid la pasada semana.

Todas estas personas son miembros de Asamblea de Vivienda Centro de Madrid, colectivo vinculado con el 15-M y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). Se trata de un bloque de pisos de 14 viviendas del barrio de La Latina (Centro). Sus nuevos residentes son gente sin recursos, en paro o en una grave situación de precariedad. Hay madres solteras, menores de edad, discapacitados, estudiantes, mayores... Aunque la que ejerce la voz cantante es Esperanza: "Las diez familias que han ocupado el piso son gente normal, como yo, no delincuentes", aseguraba ante los medios de comunicación este lunes. "La veo 'on-fire'. El pasado domingo también fue la ella la que leyó el comunicado ante los periodistas", explica uno de los miembros la Asamblea.

"Mi vida ha sido muy larga. Estuve en el mayo del 68 francés, también trabajé para un periódico en Bruselas y he viajado por media Europa. Pero desde hace años el centro de mi vida lo ocupa solo la búsqueda a mi hija, que ahora tiene 50 años. Nació en un hogar infantil de Navacerrada en julio de 1964. Yo era madre soltera porque quería tener un hijo, pero no casarme. Iba cada día a verla, pero días después me llamaron por teléfono y me dijeron que estaba muerta. Nunca me dejaron ver el cadáver. Hace años, cuando vi el caso de los niños robados, fui a los tribunales. Y, mira qué casualidad, justo entonces me echaron de la casa en la que llevaba viviendo siete años", asegura.

Esperanza no cuenta con ayudas familiares. "Hace seis meses que no cobro la pensión. Solo me quedan mis hermanos, pero ellos tienen unos planteamientos vitales muy distintos de los míos. Mi padre tenía dinero, era constructor, pero yo tomé otro camino", explica. "Ahora lo único que me queda es encontrar a mi hija y luchar porque se haga justicia en este país. Aunque mi problema se solucione y vuelva a tener mi casa y halle a mi niña, mientras haya una sola persona en la calle, seguiré luchando. Estuve en Sol durante el 15-M, también en el desalojo del Hotel Madrid, en 2011, y voy a seguir apoyando a este movimiento en todo lo que haga falta", afirma.

30 familias realojadas en los últimos seis meses

Este edificio, propiedad de una empresa constructora, Construcciones y Promociones Calvin S. L., es el tercer inmueble que ocupa el colectivo en los últimos seis meses, después de otros dos situados en el barrio de Malasaña que acogen a 30 familias. "La constructora lleva con el edificio vacío desde hacía años, esperando a que la situación remonte para venderlo, aunque la situación financiera de la compañía es muy buena", manifiesta un miembro de la Asamblea.

Uno de los camareros del bar de enfrente, sin embargo, no es tan entusiasta con la ocupación: "El edificio no estaba abandonado. El dueño, que es de fuera de Madrid, lo acababa de reformar para alquilar las habitaciones. No son los primeros 'okupas' que vemos en el barrio. Tres números más abajo hay otro solar tomado por inmigrantes que ya han ocasionado bastante problemas: ruido, suciedad... incluso se ha tenido que llamar a la Policía en alguna ocasión", dice. "Esperemos que al menos conserven bien el edificio. Los del otro piso se llevaron hasta los balcones de las ventanas, con eso te digo todo", explica una señora que pasea curiosa por la calle. Otra vecina, camarera de una pizzería cercana, sí ve bien la ocupación: "La gente necesita un piso dónde vivir", afirma.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento