Hablan con el mismo acento que nosotros y saben de sobra cómo darle un ligero toque cañí a una de las ceremonias más glamourosas del cine mundial nombrando, por ejemplo, al Jesús de Medinaceli. Almodóvar 'dixit'.

Cada año, los españoles que pisan la alfombra roja de los Oscar nos ayudan a sentirnos un pasito más cerca del Teatro Dolby de Hollywood y, aunque esta vez la cuota española de la gala no era precisamente muy amplia, sí era algo variada: un nominado, una presentadora estrella y una acompañante.

Sin duda, Penélope Cruz era la que más tablas tenía en el más célebre de los photocall. Se estrenó en 1999 voz en grito entregándole el premio a su amigo Pedro Almodóvar por 'Todo sobre mi madre'. Admirada y criticada a partes iguales, se ha curtido año tras año apareciendo sola, del brazo de otra estrella y recién estrenada la maternidad de su primer hijo, Leo.

Este año le tocó acudir sin acompañante, y lo hizo muy sonriente y enfundada en un vestido rosa palo de inspiración griega de Giambattista Valli, con el que entregó las dos estutillas al mejor guión a las películas '12 años de esclavitud' (adaptado) y 'Her' (original).

No es la primera vez que pasa por ese escenario. Ya lo hizo en 2008 para recibir su propio premio por su papel de Maria Elena en Vicky Cristina Barcelona y lo ha hecho varias veces para entregarlos, aunque esta vez es la primera que ha ensayado paso por paso bajo batuta de un director-mentor de lujo, Robert de Niro, según se pudo leer en la revista Hola, que además ha sido su acompañante a la hora de entregar los premios.

La segunda española incondicional de la ceremonia es la actriz Elsa Pataky, que ha deslumbrado con su vestido verde turquesa y su avanzado embarazo, liderando el equipo de las actrices en estado de buena esperanza de la 'red carpet', formado por Kerry Washington y Olivia Wilde, que también han sabido dar el giro glamouroso al look premamá.

Pataky ha aparecido con su marido, el australiano Chris Hemsworth (que este año ha protagonizado Rush y Thor 2), que fue también uno de los presentadores de la gala, y luciendo un modelo largo con pedrería y escote.

La gran esperanza se depositaba este año en una cara algo menos conocida, la de Esteban Crespo, director del aclamado corto Aquel no era yo, que acudió al evento acompañado por los protagonistas del corto, Gustavo Salmerón y Alejandra Lorente, así como por el productor ejecutivo del film, José Luis Matas-Negrete, quienes completan el elenco español.

"Ahora sí estoy supernervioso", tuvo que reconocer poco después de bajarse de la limusina que le transportó a las puertas del teatro, confesando que se había quitado de la cabeza cualquier cálculo sobre las posibilidades de victoria de su cortometraje, que cuenta la historia de una cooperante española y un niño soldado en África.

"Ya ni me lo planteo, ahora mismo voy con el piloto automático a ver cómo sale esto", indicó el director madrileño, que se compró en Los Ángeles el esmoquin que lleva puesto esta noche.

Gustavo Salmerón, más relajado, comentó que estaba "encantado" de poder vivir la experiencia de los Oscar por primera vez. "Es muy divertido, jugar a meterme en una limusina, ponerte un traje que ha costado miles de euros y ser como un personaje. Ser parte del circo que son los Oscar", manifestó.

No hubo suerte. No hubo Oscar 'español'. Pero la experiencia no se la quita nadie.