Un hombre de 63 años residente en Aosta, una localidad situada en el noroeste de Italia, ha mantenido escondido el cadáver de su padre en un congelador durante al menos siete años, para seguir cobrando su pensión.

El cadáver fue descubierto por el hijo del hombre que, al abrir por casualidad el congelador, encontró el cadáver de su abuelo en el interior.

Gaetano Sivieri, el responsable de los hechos, se ha desvinculado de su muerte en una entrevista concedida al diario La Stampa en la que aseguraba que él no le había matado y juraba que su progenitor "falleció de muerte natural".

"Al morir mi padre, primero sentí una gran pena y luego un pánico enorme, ya que su muerte significaba perder los 2.500 euros mensuales que cobraba tras haberse jubilado de la acería Cogne, donde trabajó toda su vida y donde contrajo la silicosis. Yo necesitaba el dinero, estaba desesperado. No tenía trabajo, aún hoy sigo sin tenerlo".

Su padre estaba enfermo de Alzheimer y tenía un tumor en la próstata y cuando murió, a los 86 años, tanto su mujer como su hijo estaban trabajando.

Mintió a su familia

Pensó que no podría cobrar el cheque de su progenitor si declaraba su muerte por lo que decidió esconder el cadáver en el congelador, mintiendo a su esposa e hijo diciéndoles primero que dormía y luego que le había ingresado en una clínica de Génova tras una recaída.

Sin embargo, en lugar de ir a Génova fue a comprar un frigorífico, que ocultó en su garaje y durante los siete años en que el engaño se sostuvo el propio Gaetano fingía hacer visitas esporádicas a su padre, lamentando a su vuelta que el estado del anciano fuera cada vez peor.

El secreto quedó al descubierto cuando la familia decidió vender el apartamento del anciano y el hijo de Gaetano bajó a revisar el sótano, tras distintas evasivas de su padre, para extrañarse ante la presencia de una nueva nevera que no recordaba y descubrir el cadáver congelado de su abuelo en el interior.