Prisiones gasta 779.000 euros en un máquina para hacer sillas que no está operativa

  • La crisis, según un portavoz de Instituciones Penitenciarias, provoca que haya pocos encargos. Ha tenido uno en un año y medio.
  • La máquina hace sillas y cubiertos de plástico y está en el taller de la prisión de Burgos. En el mejor año dio empleo a seis presos.
  • Hubo incluso que hacer obras en la cárcel para meter la máquina que costaron 224.000 euros.
Memoria de Instituciones Penitenciarias que habla de la máquina de la prisión de Burgos.
Memoria de Instituciones Penitenciarias que habla de la máquina de la prisión de Burgos.
Memoria de Instituciones Penitenciarias que habla de la máquina de la prisión de Burgos.

Instituciones Penitenciarias se ha gastado en los últimos años 779.000 euros en una máquina que hace sillas y cubiertos de plástico a la que apenas saca rentabilidad porque no hay pedidos. Fuentes penitenciarias han explicado que la máquina lleva sin fabricar nada desde julio de 2013, cuando recibió el último encargo, y que antes de ese último pedido llevaba otro año entero sin estar operativa. Un portavoz de Instituciones Penitenciarias se ha limitado a informar de que "hay pocos pedidos por la crisis económica".

A finales de 2006, el Organismo Autónomo de Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo (que depende de Instituciones Penitenciarias) compró por 319.000 euros una máquina inyectadora de termoplásticos para la fabricación de piezas de volumen medio, sobre todo las típicas sillas de plástico. Su destino es el taller que hay en la prisión de Burgos. Hubo que hacer obras en ese taller, según explican las mismas fuentes, para que la máquina se pudiera instalar en él. Esos trabajos costaron 224.051 euros. En febrero de 2008 se compró otra máquina inyectora para piezas pequeñas, como vasos y cubiertos, por valor de 147.668 euros.

El objetivo era dar empleo a los presos de la cárcel de Burgos, que por un pequeño salario trabajaban en el taller fabricando las sillas y los cubiertos. No ha dado trabajo a muchos reclusos. En 2009 (primer año de funcionamiento) ninguno pudo trabajar. En 2010 fueron dos, en 2011 fueron seis y en 2012 solo cuatro. "En 2013 solo ha habido un pedido y solamente han podido trabajar cuatro presos".

Una empresa privada gestionó el taller

La intención de Prisiones era que una empresa privada gestionara el taller, pero la concesión duró pocos meses. De hecho, en diciembre de 2010, el organismo autónomo sacó a concurso por 88.500 euros la "adquisición de moldes de sillas y equipos varios para el taller de inyección de plásticos del Centro Penitenciario de Burgos" porque para "el funcionamiento del taller es complemento indispensable que sea dotado de moldes adecuados, y el cese definitivo de la empresa que venía gestionando dicho taller se presenta como una compra especialmente ventajosa". Es decir, Prisiones se hizo cargo del taller desde 2010 y adquirió entonces los moldes necesarios para fabricar las sillas y los cubiertos, "ya que los moldes que había antes bajo la supervisión de la empresa privada se habían roto", señalan las mismas fuentes.

Sumando cantidades, Prisiones ha invertido 779.000 euros en un proyecto que no ha dado toda la rentabilidad esperada. El portavoz oficial de Instituciones Penitenciarias ha recalcado que toda esta inversión se produjo con el anterior Gobierno socialista y que el taller y la máquina no están parados, sino que "hay pocos pedidos por la crisis", aunque también ha reconocido que muchos de esos pedidos no llegan del sector privado, ingresos para recuperar lo invertido, sino que son pedidos de la propia Administración.

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