Al menos 38 personas murieron y 70 resultaron heridas este miércoles en una serie de atentados en el barrio de Al Dura, en el sur de Bagdad, el más grave contra una iglesia durante la celebración de la misa de Navidad. El estallido de un coche bomba al lado de la iglesia de la Virgen María causó la muerte a 27 personas y heridas a 56, informaron fuentes policiales. La mayoría de las víctimas son fieles cristianos, que salían del templo al fin de la misa en el momento de la explosión.

Además, once personas fallecieron y 14 resultaron heridas por el estallido de tres bombas en un mercado de Al Dura, que provocaron importantes destrozos materiales. Al Dura es un barrio de mayoría suní pero que cuenta con una importante comunidad cristiana y numerosas iglesias.

Los cristianos iraquíes han sido blanco en los últimos años de algunos atentados terroristas, como el ocurrido en octubre de 2010 contra una iglesia en Bagdad, donde irrumpió un grupo terrorista y perecieron cerca de 60 personas.

En la década de 1980, se calculaba que había unos dos millones de iraquíes cristianos de una población de 30 millones de habitantes, pero el número de estos fieles ha bajado debido a que muchos de ellos han emigrado a consecuencia de la violencia sectaria. Irak sufre un repunte de la violencia confesional y de los atentados terroristas, que causaron durante el mes de noviembre la muerte de 948 personas, la mayoría de ellas civiles, según cifras del Gobierno.

Al menos seis personas murieron y otras trece resultaron heridas al explotar también este miércoles de una bomba que había sido colocada en una bicicleta en una localidad del este de Afganistán, informóEn  una fuente oficial.  El atentado tuvo lugar en la ciudad de Pule Alam, capital de la provincia de Logar, indicó el portavoz del Gobierno regional, Mohamed Darwish, quien detalló que en la acción insurgente murieron dos policías y cuatro civiles.

Los heridos, todos civiles, fueron trasladados por soldados afganos a un hospital cercano, añadió la fuente. A primera hora de la tarde los talibanes aún no habían reclamado la autoría del atentado, algo que sí hicieron en el ataque con proyectiles registrado en la embajada de Estados Unidos en Kabul, que no produjo víctimas.

El ataque contra la embajada se produjo hacia las 06.40 hora local (02.10 GMT), indicó en un comunicado la embajada estadounidense en Afganistán, el cual aseguró que no había heridos. La nota no aportó detalles sobre la naturaleza de los "dos (...) impactos" en el complejo estadounidense y se limitó a indicar que "el ataque está siendo investigado".

A su vez, los talibanes señalaron a través de una de sus cuentas en Twitter que habían lanzado "cuatro proyectiles" contra la embajada estadounidense y sin saber si la acción insurgente había ocasionado víctimas.

Al menos tres personas murieron y otras 18 resultaron heridas por un atentado de tinte sectario cometido con dos bombas en la ciudad meridional de Karachi, la más poblada de Pakistán, informaron fuentes de los equipos de rescate. Las bombas, que fueron activadas por control remoto, explotaron cerca de una mezquita de chiíes en el área de Orangi y entre los fallecidos hay una adolescente, declararon fuentes de los equipos de rescate a los medios locales Geo y Dawn.

Minutos antes se había producido otra explosión a varios kilómetros de distancia en el área de Numaish, donde estaba programado que pasase una procesión chií, aunque no causó víctimas.

En la localidad portuaria de Karachi se habían extremado las medidas de seguridad para permitir que los chiíes celebrasen sin problemas el Chelum, un peregrinaje que se organiza 40 días después del Achura, que conmemora la muerte de un nieto del profeta Mahoma.

Según Geo, en la ciudad, de 20 millones de habitantes, se habían desplegado 10.000 policías y miembros de las fuerzas especiales, y las rutas de las procesiones estaban controladas por un circuito de 150 cámaras de seguridad y vigilancia aérea.

Capital financiera del país, la urbe es escenario de continuos sucesos violentos que van desde enfrentamientos entre bandas mafiosas a ataques sectarios entre grupos religiosos de distinto signo y acciones armadas de la insurgencia talibán.

La llegada de cientos de miles de pastunes que huyen desde hace años de la violencia en el noroeste del país ha acentuado los enfrentamientos étnicos y también ha camuflado la llegada de muchos milicianos talibanes tanto paquistaníes como del vecino Afganistán.