'El Hobbit: la desolación de Smaug', el gran dragón vuelve a la Tierra Media por Navidad

  • Este viernes 13 de diciembre se estrena La desolación de Smaug, segunda película de la trilogía de El Hobbit, dirigida por Peter Jackson.
  • Dos de los actores, Richard Armitage (Thorin Escudo de Roble) y Lukke Evans (Bardo), han visitado España para promocionar la película.
  • Ambos han hablado con la prensa y han hablado sobre su trabajo en la saga así como sobre algunas curiosidades del rodaje.
Bilbo Bolson en una escena de 'El Hobbit: La desolación de Smaug'.
Bilbo Bolson en una escena de 'El Hobbit: La desolación de Smaug'.
Nerw Line Cinema
Bilbo Bolson en una escena de 'El Hobbit: La desolación de Smaug'.

Hace un año, el pequeño hobbit Bilbo Bolsón inició, junto al mago Gandalf, un épico viaje para ayudar a nueve enanos a recuperar su hogar y sus riquezas de las garras de un feroz dragón. Era el comienzo de la segunda gran incursión de Peter Jackson en la Tierra Media tras El Señor de los Anillos. El Hobbit, un ligero cuento de poco más de 300 páginas, daba así, bajo el título de Un viaje inesperado, su primer paso como trilogía cinematográfica de largo metraje.

Ahora, poco antes de Navidad, llega a los cines la segunda parte de la aventura, La Desolación de Smaug, una continuación en toda regla que se enfrenta al reto de partir con una historia ya empezada y la imposibilidad de ofrecer nada parecido a un final (para eso habrá que esperar al tercer capítulo). Esta segunda entrega de El Hobbit es un segundo acto arrancado de su contexto, un trozo de película más que una película entera.

Eso sí, es un trozo muy largo (160 minutos) y también trepidante, con acción desenfrenada y torrente de efectos especiales casi desde el primer minuto. Osos, arañas, elfos y orcos ponen a los héroes en problemas inesperados con resoluciones imposibles, sin dejarles un segundo de respiro, antes de llegar a la gran traca final, el colosal dragón Smaug, cuya imagen no se ha mostrado hasta ahora para alimentar el misterio de su aspecto.

Repiten en el reparto casi todos los actores principales —Martin Freeman como Bilbo, Ian McKellen como Gandalf, Richard Armitage como el enano Thorin Escudo de Roble—, a los que se unen caras nuevas. Destacan Evangeline Lilly como la elfa Tauriel, Luke Evans como el humano Bardo y Benedict Cumberbatch como la imponente voz de Smaug. Dos de ellos, Armitage y Evans, han visitado Madrid para hablar con la prensa y promocionar el filme de cara a su estreno este 13 de diciembre.

El rey de los enanos

Richard Armitage, alto, elegante y sin un pelo en la cara, reconoce sin embargo algún punto en común con el barbudo rey enano al que interpreta: "Supongo que tengo una cierta tozudez, que es algo muy importante en Thorin. Él parece una piedra inamovible y parte del desafío de esta historia es romper esa piedra y hacer que se le vea vulnerable y, no quiero decir humano, porque no es humano, pero sí que podamos identificarnos con él porque vemos cómo se va ablandando a medida que avanza la aventura".

Richard Armitage.El actor, que se reconoce aficionado a la obra de Tolkien desde niño, alaba los cambios y añadidos realizados por Peter Jackson en la historia. "Creo que de alguna forma estos cambios son un homenaje a Tokien, porque él mismo lo hizo cuando contaba la historia de la Tierra Media. Primero la imaginó, luego la escribió y luego fue trabajando sobre las ideas. Volvió atrás, cambió El Hobbit, añadió apéndices. Peter Jackson está utilizando todo este material para tener acceso a una historia mayor. Por ejemplo, descubres a dónde va Gandalf a mitad del libro. Y todo esto enriquece la experiencia del público", asegura.

"Peter Jackson tiene toda la historia de El Señor de los Anillos en su cabeza, es como una enciclopedia. Pero no tiene miedo de transgredir las reglas un poco y hacer que la historia sea más emocionante. A mí me parece bien, le admiro por ello porque creo que los buenos autores y los que cuentan cuentos hacen precisamente eso, añaden su forma de ver las cosas y hacen que la historia funcione. Es lo que ha hecho Peter, hacer que funcione aunque no sea exactamente igual al libro", afirma Armitage hablando sobre el mismo tema, justo antes de añadir que "la creación del personaje de Tauriel es algo que a Peter le van a reconocer como algo importante en su trabajo".

En cuanto al mensaje de la historia, Armitage también habla con pasión y explica que hay multitud de lecturas interesantes en El Hobbit: "Desde la perspectiva de mi personaje, el honor y la nobleza están por delante de todo. Desde la perspectiva de Bilbo, el valor y el cambio. Desde la de los elfos, la idea principal es que hay algo más que esta simple vida, otra vida después de esta. En los enanos, la idea de codicia y corrupción es muy fuerte. Si recoges demasiada riqueza, eso atrae la maldad. Ese tema es algo que podemos ver actualmente en nuestra sociedad"

El arquero de Ciudad del Lago

Luke Evans es una de las nuevas incorporaciones a la saga. Interpretó a Aramis en Los tres mosqueteros (2011), a Zeus en Immortals (2011), al villano de Fast and Furious 6 y aquí, en El Hobbit, a Bardo el arquero, papeles que parecen encasillarlo en el género aventurero. "Como actor, intentas tener control sobre el tipo de papeles que haces. Yo intento hacer una mezcla de todo, pero básicamente los trabajos te vienen, y lo que me viene de momento parece ser que está siendo acción y aventura, que no tiene nada que ver conmigo. Yo soy un chico de un pueblecito del sur de Gales y mi vida no tiene nada de aventura", comenta divertido.

Luke Evans.En cuanto a su personaje en El Hobbit, asegura que ha tenido más facilidades que otros actores para interpretar a los suyos: "Para empezar, Bardo y yo tenemos en común que los dos somos humanos, así que eso era fácil. Los dos tenemos emociones humanas, por lo que yo me podía relacionar con el personaje muy fácilmente. Además, decidieron añadirle al personaje mi propio acento de gales. Eso me encantó y me hizo sentir muy cercano a él".

Más duro, aunque no menos divertido fue el entrenamiento para convertirse en una de las piezas clave de la historia. "En el instante en que aterricé en Nueva Zelanda empezaron a entrenarme. Tuve que practicar tiro con arco, también me entrenaron para hacer bien las peleas, los saltos, etcétera. Y como estábamos haciendo las tres películas a la vez, a veces estaba haciendo una escena para la tercera película mientras aún rodábamos la segunda, por lo que teníamos que estar preparados para todo. Era duro, pero muy, muy divertido", asegura Evans.

El intérprete, que ha desarrollado gran parte de su carrera en los teatros, ha relatado un ejemplo curioso que sire para explicar cómo funciona la tecnología empleada por Peter Jackson para integrar personajes de distinto tamaño en las escenas de la película: "Los enanos miden tres pies, los humanos miden seis, los elfos, siete... No se pueden hacer escenas con todos sentados alrededor de una mesa porque cada uno es de diferente talla. Por ejemplo, en una escena de ese tipo, en la que aparezco yo con los enanos, en realidad se hizo en dos estudios separados. En uno estaban todos los demás con todo el decorado hecho un tercio más grande, para que parezca que son enanos. En el otro estudio estaba yo, y ahí todo el mobiliario era verde, incluido un pinganillo que llevaba en la oreja. Por el pinganillo escuchaba el diálogo que estaban haciendo ellos y yo tenía que hacer el mío a solas en mi estudio dirigiéndome a unos palos con cabezas y luces encima que representaban a los personajes".

"Es un trabajo muy solitario, pero me gusta el reto y cómo queda, porque si ves la película, el resultado es muy convincente", concluye el actor.

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