Potato Omelette Band: "Nos presentamos al casting para reivindicar la música en la calle"

  • El grupo se presentó a las pruebas de "idoneidad" establecidas por el Ayuntamiento de Madrid para poder tocar en las calles del distrito centro.
  • Cantaron un tema con críticas a la alcaldesa Ana Botella; el vídeo en YouTube se acerca a las 130.000 reproducciones y ha sido muy compartido en redes sociales.
  • "Habéis estado bastante explícitos", les dijo el comité evaluador; avanzan que si finalmente les conceden el permiso para tocar, no lo utilizarán.
  • Gerardo y Laura montaron la banda para vivir la "experiencia" de tocar en la calle durante sus vacaciones y costearse así los viajes por España y otros países.

Gerardo y Laura son Potato Omelette Band. La banda que se presentó a las pruebas del Ayuntamiento de Madrid para evaluar a los músicos callejeros y terminó cantándole a Ana Botella ante la mirada estupefacta de los tres miembros del "comité de idoneidad": "Gracias alcaldesa por permitirnos hacer una prueba para tocar en la puta calle. No hay nadie como tú".

En realidad, estos dos treinteañeros se presentaron al casting a título individual —"no sabíamos que había que inscribirse como grupo", se justifican— y después acudieron con toda la parafernalia. Grabaron la actuación con una cámara oculta y el vídeo, subido a YouTube el 5 de diciembre, acumula ya casi 130.000 visitas tras coronarse en Menéame y compartirse durante todo el fin de semana en redes sociales.

Fue una acción "protesta" con una letra protesta contra "una animalada" de ley y para "reivindicar la música en la calle", explica Gerardo a 20minutos por teléfono.

"Habéis estado bastante explícitos", les dijo uno de los evaluadores al terminar, "pero esto deberíais contárselo a los medios, no a nosotros", añadió; "eran majetes, se notaba que eran unos mandados", señala Gerardo. Asegura que muchas bandas callejeras que conoce no se apuntaron examen para protestar contra él y que ellos fueron un poco "asqueados". "Con esta nueva normativa no existiría Blowing in the wind", dice su canción.

Antes y después de la prueba les insistieron en que esta selección solo era "para el distrito centro" de Madrid. Por eso ya se imaginaron que no les iban a seleccionar, "y porque fuimos con percusión y amplificación", algo prohibido expresamente por el Decreto del pasado 7 de octubre en el que se publicaban las bases de la convocatoria para conceder los permisos. "Con eso te cargas varias facetas de la música", indica Gerardo.

¿Potato Omelette Band? "Es una banda real", asegura. Cuenta que Laura y él la concibieron para tocar durante sus vacaciones y vivir la "experiencia" de hacerlo en la calle, de hecho, su pretensión es realizar una gira mundial "en espiral" y llegar hasta Wellington (Nueva Zelanda). El pasado verano visitaron varias localidades de la costa y del Sur de Francia y se pagaron el viaje con los 60 de euros diarios que sacaban de media por unas tres horas de show.

Tienen algún tema propio, aunque sobre todo hacen versiones de Pink Floyd, The Beatles, David Bowie o Calle 13; la canción que interpretaron en las pruebas del Ayuntamiento es, en parte, una adaptación de No Hay Nadie Como Tú, del grupo puertorriqueño, aunque incluye letra compuesta por el improvisador Juanete Martínez, un amigo de ambos. También hubo morcillas, sobre todo en la parte de Ana Botella.

Gerardo y Laura no han recibido ninguna llamada del Ayuntamiento para reprocharles la difusión de su actuación en Internet y aseguran estar "flipando" con la reacción de la gente. No son profanos en el mundo de la música: él forma parte del conocido grupo El Hombre Linterna y de otros como Barrio Tomillo y Skalone; ella toca en Alamedadosoulna, inventores en 2008 del trainacting.

Si les conceden la licencia para tocar en el centro de Madrid no la utilizarán "pase lo que pase", avanza Gerardo, aunque todavía no saben si renunciarán a ella sin más o harán "algo creativo". Reconoce que se quedaron "a gusto" tras su participación e incide en que la decisión tomada por el Consistorio es "injusta", porque muchos músicos de otros países "ya no podrán parar en Madrid".

De fondo, Laura susurra que la alcaldesa es "como una mala directora de colegio". Hasta el momento han podido tocar con libertad en todos los lugares donde lo han intentado, salvo este verano en Carcassonne (Francia), donde les exigía un permiso. Aún están pensando cuál será su próxima actuación, aunque llevarán consigo su bombo-nevera, la pandereta, las castañuelas, el ukelele, el xilofón y todo lo demás.

Antes de que acabe el año se sabrá quién ha sido seleccionado. La autorización tendrá "una vigencia de un año prorrogable automáticamente hasta un máximo de 5 años, transcurridos los cuales deberá presentarse nueva solicitud", dicen las normas.

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