Miles de personas se manifiestan contra el crecimiento de la "deriva racista" en Francia

  • Unas 25.000 personas en París, la policía las rebaja a 3.900, y 50.000 más en el resto del país han participado en una manifestación contra el racismo.
  • El punto de inflexión que ha provocado la convocatoria de la protesta han sido los insultos racistas a la ministra de Justicia, Christiane Taubira, de raza negra.
  • Aseguran que este problema comenzó con la designación por parte de Sarkozy de los gitanos como responsables de la delincuencia.
  • La cobertura mediática se ha centrado en otras dos manifestaciones que tenían lugar en el país galo, dejando ver la banalización de este tema en los medios.

Miles de personas marcharon este sábado por toda Francia en contra de la llamada "deriva racista" en el país, que ha tenido uno de sus ejemplos más significativos en los insultos proferidos recientemente contra la ministra de Justicia, Christiane Taubira, la única de raza negra del Ejecutivo.

La manifestación, convocada por casi un centenar de asociaciones humanitarias y confederaciones sindicales, reunió a unas 25.000 personas en París −según los organizadores− 3.900 según la policía, y a 50.000 en toda Francia, según cifras facilitadas por sus organizadores.

La Liga Internacional contra el Racismo y el Antisemitismo (LICRA), SOS Racisme, la Liga de Derechos Humanos (LDH) o la Confederación General de Trabajadores (CGT) se encontraban entre quienes invitaron a la ciudadanía a las calles para decir "Ya basta".

El punto de inflexión que les condujo a hacer pública la protesta fueron los ataques dirigidos a Taubira, responsable de la ley que autoriza el matrimonio homosexual y comparada a mediados de octubre con un mono en la página de Facebook de una candidata del ultraderechista Frente Nacional (FN).

Pero la situación, según explicó el vicepresidente de la LDH, Vincent Réberioux, se ha gestado desde hace años y se ha exacerbado con la crisis económica.

"Comenzó con el presidente Nicolas Sarkozy en 2010, al designar a los gitanos como responsables de la delincuencia. Actualmente es más complicado, pero cuando François Hollande, la mayor autoridad moral, no dice nada contra las agresiones a su ministra, ¿adónde hemos llegado?", preguntó.

Pancartas con lemas como "Basta de racismo" o "¿De qué color es tu corazón?" animaron una protesta que se inició a las 14.30 horas y que en París partió de la plaza de la República para finalizar en la de Bastilla.

Otras manifestaciones

La cobertura mediática, no obstante, se decantó hacia las otras dos grandes manifestaciones programadas para este sábado en el país: una en favor de la suspensión definitiva de la "ecotasa", impuesto que prevé gravar a los camiones de más de 3,5 toneladas que circulen por carreteras no sujetas a peaje, y otra en contra de la decadencia económica de la región de Bretaña.

En la primera, más de 4.500 camiones consiguieron ralentizar el tráfico en una quincena de regiones, y la segunda, protagonizada por los "bonetes rojos", que se reclaman herederos de un levantamiento popular del siglo XVII en esa zona, agrupó, de acuerdo con ese colectivo, a unas 40.000 personas en la localidad de Carhaix, según ese colectivo, y a unas 15.000, de acuerdo con la policía.

Normalización del racismo

La mayor atención prestada a esas dos protestas, según Réberioux, "representa bien la banalización de la palabra racista" en Francia, donde, en su opinión, esos ataques e insultos afectan a la esencia de los valores republicanos.

Según datos facilitados por la LICRA, el antisemitismo creció en Francia un 58% entre 2011 y 2012 y el racismo antimusulmán avanzó en ese mismo periodo un 30%, mientras que en 2012 siete de cada diez franceses consideraba que había en Francia demasiados inmigrantes.

"En periodo de crisis económica siempre se tiene en el punto de mira a los extranjeros, en lugar de ver cómo salir juntos de ésta", añadió el vicepresidente de la LDH, quien destacó la importancia de que los sindicatos hayan participado este sábado "porque no habría nada peor que enfrentar a los trabajadores unos a otros, sea cual sea su origen".

Los organizadores, en su convocatoria, habían subrayado su condena tanto a esta deriva como a "los actos y las declaraciones que han permitido su maduración" y habían rechazado también la designación de "chivos expiatorios como responsables de los males" del país.

La solución, a juicio de la LDH, reside en la educación y en la multiplicación de las señales que indiquen que superar esta situación concierne a la sociedad "en su conjunto".

Aunque la celebración de esta protesta casi ha coincidido con la llegada a París el 3 de diciembre de hace 30 años de la "marche de beurs", manifestación nacional contra el racismo que movilizó a los hijos de los inmigrantes y que supuso una suerte de nacimiento político para ese colectivo, ese paralelismo en las fechas, según se destaca, ha sido casual.

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