Rumores que provocan dudas

Un chisme puede ser peligroso. Se suelen originar por desinformación y, cuando empiezan a circular, es difícil pararlos. Cuéntanos si has sido víctima del algún rumor.
Los rumores, en aulas y oficinas. (Luis Frutos)
Los rumores, en aulas y oficinas. (Luis Frutos)
Los rumores, en aulas y oficinas. (Luis Frutos)
Se extienden con mucha rapidez y la confusión que crean beneficia a unos y perjudica a otros. Los rumores o chismes que circulan por aulas y oficinas son una práctica muy extendida que consigue poner en alerta a trabajadores o alumnos, pero que puede generar malestar y conflicto. Todos contribuyen a difundirlos aunque la mayoría no sepa realmente de dónde han salido. Son una herramienta peligrosa que hay que saber detectar y detener a tiempo. De boca en boca

Cómo nacen. Se suelen crear a partir de una comunicación poco clara de un informante. Al no estar totalmente definido lo que ha dicho, cabe la posibilidad de que el receptor rellene esa falta de información con datos que encajan perfectamente en la historia, sean o no ciertos. Generalmente, el rumor se extiende en corrillos por los pasillos, lo que da paso a una difusión exponencial, el denominado ‘efecto bola de nieve’: una vez que ha comenzado a rodar es muy complicado pararlo.

Cómo afecta. En primer lugar, el rumor genera bajadas de rendimiento por el tiempo que pueden tomarse las personas para comentarlo y extenderlo. La desconfianza hacia la persona o la organización sobre la que circula el chisme puede acentuarlo, lo que mina su autoestima por verse en boca de todo el mundo.

Como atajarlos. El mejor modo de detenerlos es ofrecer la máxima claridad y cantidad de información posible. De este modo se elimina la posibilidad de que se puedan añadir datos incorrectos que convierten la noticia incompleta en un rumor. La persona o la organización sobre la que circula el rumor debe ser la encargada de ofrecer la información completa. Hablar con transparencia es siempre el mejor camino.

Cuestión de ‘marketing’

«El rumor se utiliza, en la mayoría de los casos, para desestabilizar o desprestigiar a una persona u organización, y la única forma de atajarlo es yendo a la raíz del problema gracias a un buen diseño estratégico de comunicación», explica Rafael Muñiz en su libro Marketing del siglo XXI. En su opinión, el mejor medio que tienen las empresas es ofrecer una buena estrategia de comunicación: «Las características del rumor son las de un mensaje interesante, seductor, ambiguo, destinado a ser creído y secreto», asegura Muñiz.

Los más oídos

Cambio de sede. "Nos trasladan a unas oficinas en las afueras o van a redistribuir el espacio existente...".

Cambio de examen. "Se comenta que se cambian las fechas...» o «se ha anulado por indisposición del profesor, porque alguien ha robado las preguntas...".

Despidos. "Se va a producir una regulación de empleo, nos compra una empresa más grande y va a sobrar gente...".

Profesores. "Con ése no se aprueba nunca...» o «se aprueba fácil, tiene relaciones demasiado cercanas con los alumnos...".

Compañeros. "Cristina y Manolo se han liado, lo sé de buena fuente...», «Antonio siempre ha sido el favorito del jefe...".

Salarios. "Se van a congelar los sueldos, nos quitan las dietas...".

Control. "Nos van a vigilar las llamadas y el correo, van a poner una máquina para fichar cuando salgamos a fumar o a tomar un café...".

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