Biólogos expertos han localizado en la isla de Gran Canaria un tubo volcánico que se convierte en el más antiguo del archipiélago y podría ser también uno de los más antiguos del mundo. Asimismo, su localización ha dado a conocer, además, una fauna nueva.

Así lo ha desvelado este jueves, a los medios, el experto de la Sociedad Entomológica Canaria Melansis Manuel Naranjo, quien explicaba que cuando localizaron la boca de acceso descubrieron que se trataba de un "verdadero tubo volcánico".

"Localizamos la boca de acceso, se trataba de un verdadero tubo volcánico, pudimos acceder a la sala central donde ya la sensación de bochorno es bastante elevado, estamos hablando de 24ºC y un 94 por ciento de humedad relativa. Condiciones muy buenas, que necesita esos altos niveles de humedad y oscuridad absoluta que también se alcanzaban ya", explicó.

Asimismo, informaba que en el sector central del tubo encontraron otro tubo volcánico, "un ramal interior, una cueva que, aunque no muy profunda, sí tenía un desarrollo laberíntico, que normalmente se desarrollan en emisiones ládicas de gran longitud", por lo que señaló que probablemente se esté ante "los restos de lo que fue en su momento un tubo volcánico quizás kilométrico".

El tubo ha sido localizado en una zona de difícil acceso, entre los valles de Tasarte y Tasartico, y se prevé que es de 14 millones de años, superando así al de Cueva del Llano, en Fuerteventura, con un millón de años, edad límite de la mayoría de estas cavidades, según los expertos.

Respecto a la nueva fauna encontrada, Manuel Naranjo indicaba que descubrieron una 'cochinilla' de la humedad, blanca y despigmentada, de la que "solamente se conocen tres especies en el mundo de asignación norteafricana, esta sería la cuarta". Así como se han descubierto dos nuevas especies de invertebrados cavernícolas: un pequeño insecto completamente ciego (Symploce sp.n.).

Por otro lado, informó de que sobre el suelo, y entre las grietas, se han encontrado restos óseos de la extinta rata gigante de Gran Canaria (Canariomys tamarani), así como de conejos (Oryctolagus cuniculus), ratas comunes (Rattus sp.), lagartos gigantes de Gran Canaria (Gallotia stehlini) y ovicápridos, junto a, incluso, trozos de cerámica de origen presuntamente prehispánico.

En este sentido, expuso que la arcilla acumulada en algunos sectores de la cavidad "podría contener polen de la flora que pobló la isla hace miles o millones de años, cuando sólo era un proyecto sobre el océano".

Por último, se indicó que se tuvo conocimiento de la existencia de la gruta gracias a la información que unos senderistas facilitaron a los biólogos de la Sociedad Entomológica Canaria Melansis a finales de 2011.