El CentroCentro Cibeles del Ayuntamiento de Madrid expondrá el Belén de Salzillo durante estas Navidades, del 4 de diciembre al 3 de febrero, mientras que el Museo Salzillo acogerá los meses de diciembre y enero, el belén napolitano de los hermano Emilio y Carmelo García de Castro del siglo XVIII.

Para la exposición de Madrid, se han seleccionado unas 297 piezas, incluidas las arquitecturas del Belén, que fue realizado en el último cuarto del siglo XVIII a raíz de un encargo del noble Jesualdo Riquelme al escultor Francisco Salzillo.

Consta de 556 piezas y es el referente de belén de misterios de tradición española, donde los episodios evangélicos son los grandes protagonistas del relato y donde también aparecen escenas costumbristas que retratan la sociedad del siglo XVIII del momento.

Un belén único en su género por su homogeneidad así como por su alto grado de perfección técnica y virtuosismo, ha señalado el presidente del comité ejecutivo del Museo Salzillo, Antonio Gómez Fayrén, "puede decirse que es el belén más importante del arte barroco español".

La figuras tienen un tamaño de unos 30 centímetros y están modeladas en arcilla pero también las hay en madera, con lienzos y telas encoladas. Están ricamente policromadas, incluso directamente sobre la arcilla, con un modelado ligero dentro de la tradición rococó, ha añadido.

En el Belén convive una galería muy pintoresca de personajes contemporáneos a Salzillo, presentes en la pintura costumbrista, los tapices y en el mundo castizo de comedias y sainetes. Contrastan las actitudes solemnes de los pajes, con sus coloridas libreas, medias de seda y elegantes sombreros frente a las rudas pieles de los pastores o los harapos del lazarillo y junto a ellos los personas sagrados o los ángeles, con sus túnicas estofadas y doradas.

El Belén fue adquirido en 1915 cuando el Marqués de Corvera lo ofreció al Estado para su compra, en un primer momento se expuso en el Museo de Bellas Artes de Murcia hasta que en 1958 pasó a formar parte de los fondos del Museo Salzillo.

Así, para proceder al transporte, instalación y exposición del Belén de Salzillo en los términos más adecuados mañana se ha procedido esta mañana a la firma de un convenio. Al respecto, el director del CentroCentro Cibeles, Antonio Martínez López, ha manifestado que éste "es un acontecimiento histórico y una continuidad en el trabajo museístico y cultural que nos hemos planteado desde el Ayuntamiento de Madrid".

En concreto, el montaje de la exposición del Belén de Salzillo, comisariada por Concepción de la Peña Velasco, catedrática del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Murcia y por María Teresa Marín Torres, profesora titular en el mismo departamento y directora del Museo Salzillo, será llevado a cabo por los técnicos del museo, Francisca del Baño, Antonio Jiménez Micol, la restauradora Amparo Muñoz y Susana Ruiz López. El coordinador de la exposición es Germán Cantero, gerente del Museo.

Un belén de tradición belenística napolitana para el museo salzillo

Pero la Sala del Belén del Museo Salzillo no quedará vacía esta Navidad. Durante los meses de diciembre y enero se expondrá el belén napolitano de los hermanos Emilio y Carmelo García de Castro. De esta forma, los murcianos podrán contemplar un belén paradigmático de la reconocida tradición belenística napolitana que se desarrolló en el siglo XVIII, de forma simultánea a la obra de Salzillo.

Este belén es fruto de la búsqueda paciente, apasionada, crítica e "ilusionante" de las piezas que fueron coleccionadas durante los últimos 33 años por los hermanos García de Castro. Su belén de más de 600 piezas, de las que 300 son figuras humanas y animales, —algunas procedentes de la casa de Borbón y de la colección personal de Carlos III—, constituye hoy día la colección privada más importante de España.

Uno de los propietarios y comisario de la exposición, Carmelo García de Castro, ha explicado en rueda de prensa que los belenes napolitanos son más laicos y el protagonista absoluto es el pueblo retratado en un escenario urbano.

García de Castro, que se ha congratulado que las dos exposiciones "se puedan mirar en un mismo día", ha indicado que el museo napolitano se distingue del ordinario en que las figuras no son enteras de barro con terracota, "sino que tienen un esqueleto y luego están vestidas con telas de la época" y está ambientado en el Nápoles del siglo XVIII "lo que sirve para conocer cómo eran las costumbres y la vida napolitana".