Sólo entre un 10% y un 30% de las setas recogidas ilegalmente e incautadas por el Seprona es aprovechado para el consumo

La gran mayoría se estropea en el proceso de custodia, que requiere certificar su salubridad y sanearlas, antes de comercializarlas El dinero obtenido, que oscila entre 3.000 y 5.000 euros anuales, se destina al Proyecto MyasRC de conservación de los recursos micológicos
Habrá que pagar para recoger setas
Habrá que pagar para recoger setas
EUROPA PRESS
Habrá que pagar para recoger setas

La gran mayoría se estropea en el proceso de custodia, que requiere certificar su salubridad y sanearlas, antes de comercializarlas

El dinero obtenido, que oscila entre 3.000 y 5.000 euros anuales, se destina al Proyecto MyasRC de conservación de los recursos micológicos

Sólo entre un diez y un 30 por ciento de las setas recogidas ilegalmente e incautadas por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil es aprovechado finalmente para el consumo, ya que la mayoría se estropea en el proceso de custodia de los hongos, que requiere su análisis para confirmar su salubridad y el proceso de saneamiento antes de poder comercializarlas.

En este sentido, el director técnico del Proyecto MyasRC, Arturo Esteban, ha puntualizado en declaraciones a Europa Press que, al margen de la cantidad de parásitos que se encuentren en la seta, la forma en que haya sido arrancada influye en el tiempo que tarde en estropearse y quedar inservible para el consumo.

Así, sólo entre un diez o un 20, a veces hasta un 30 por ciento de lo incautado, logra ser finalmente comercializado, una cantidad "muy variable de una temporada a otra" y que genera unas recaudaciones que pueden oscilar entre los 3.000 y los 5.000 euros anuales, cifra "insignificante", a juicio de Esteban, si se compara con el valor de mercado de todo lo que se decomisa.

Dicho importe es destinado por el Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor) al Proyecto MyasRC para la conservación y gestión de los recursos micológicos, del que forman parte también los propios ayuntamientos en cuyos términos se recolectan estos productos.

Además, de todo lo obtenido con esta venta, el proyecto MyasRC debe descontar los costes de conservación y gestión de las setas incautadas, que han de pasar por una empresa privada a la que corresponde verificar que los hongos son comestibles y que se encuentran en buenas condiciones.

Incautaciones del seprona

Es el Seprona el encargado de intervenir las setas recogidas sin permiso o sin cumplir la normativa vigente, dentro de la denominada Operación Espora puesta en marcha en colaboración con el Proyecto MyasRC y de acuerdo con la Junta de Castilla y León.

El coordinador del Seprona en esta comunidad, el capitán Espinosa, ha puntualizado que en este operativo también participan efectivos del Instituto Armado adscritos al Servicio de Seguridad Ciudadana o al de Tráfico.

Las denuncias formuladas pueden resolverse por la vía administrativa, en el caso de aquellos ciudadanos que recogen de forma ilícita hongos para su consumo personal, o bien por la vía penal, ante aquellas bandas organizadas que arrancan setas a gran escala para su venta posterior, como los casos conocidos esta semana en Castilla y León de 1.400 kilos de níscalos aprehendidos en la provincia de Burgos y los 413 del mismo producto decomisados en la de Soria.

En el primero de los casos, el expediente es trasladado a la Junta de Castilla y León para su resolución, mientras que las otras pasan a la vía judicial.

En este sentido, el capitán Espinosa ha aclarado que hasta el final de la campaña "es difícil calcular" el volumen de lo incautado, pero sí ha alertado de la presencia identificada de varios grupos, generalmente de nacionalidad rumana, que acampan en los propios cotos y que llegan a generar "problemas de orden público".

Para evitarlos, la Benemérita ha extendido sus investigaciones también hacia los compradores de esos productos, pues, en opinión de Espinosa, "vale más atacar el problema desde ahí".

Una vez incautadas, los agentes tratan de devolver las setas a los legítimos propietarios o titulares del derecho de explotación del terreno donde se obtuvieron. En caso de no poder identificar el origen de estos hongos, son entregados a Cesefor, que inicia el proceso de análisis y saneamiento para su posible comercialización.

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