Torrecilla de Alcañiz se vuelca con la familia de los bebés muertos

El pueblo turolense acudió ayer al sepelio de los pequeños, mientras se busca una nueva residencia y más ayudas a la madre.
El sacerdote que ofició la ceremonia religiosa del entierro, ante uno de los féretros de los bebés muertos.
El sacerdote que ofició la ceremonia religiosa del entierro, ante uno de los féretros de los bebés muertos.
El sacerdote que ofició la ceremonia religiosa del entierro, ante uno de los féretros de los bebés muertos.
La pequeña localidad bajoaragonesa de Torrecilla de Alcañiz (500 habitantes) expresó ayer con un clamoroso silencio su dolor y su condolencia a la familia de Silvia Andrade (31 años), la mujer que el lunes perdió a tres hijos suyos, asfixiados en el incendio de la vieja casa que ocupaban en el pueblo turolense. El funeral por los bebés, dos gemelos de seis meses y otro pequeño de 15 meses de edad, reunió a numerosas autoridades, que se comprometieron a ofrecer a la familia una nueva vivienda y más ayudas sociales para salir adelante.El padre de los pequeños fallecidos, un andaluz que además era padrastro de dos niños que no resultaron afectados por el humo y las llamas, y de otros dos que evolucionan favorablemente de sus lesiones en el hospital Servet de Zaragoza, murió en accidente hace un mes. La familia disponía desde entonces de ayudas sociales, pero ahora necesitará más apoyos oficiales.

Silvia Andrade, la madre de los pequeños fallecidos, solicitó el alta voluntaria en el hospital de Alcañiz para poder asistir al sepelio, que comenzó a las 16:30 h, bajo la lluvia y el doloroso silencio de toda la población, que se ha volcado con la familia hispano-ecuatoriana.

Al parecer, el origen del incendio podría haber estado en una estufa de butano, que prendió unas cortinas del salón, desde donde se propagaron las llamas. La autopsia a los bebés muertos, que fueron enterrados en el cementerio de Torrecilla, confirmó que fallecieron asfixiados por el humo.

Los heridos evolucionan bien

Las gestiones administrativas se centran en dotar a la familia de Silvia Andrade, compuesta ahora por cuatro hijos, la abuela y una tía, de una nueva residencia en Torrecilla de Alcañiz, donde quiere seguir residiendo. La madre no tiene trabajo, necesitará nuevas ayudas sociales y el Ayuntamiento de Torrecilla le hará una donación económica. Respecto a los hijos heridos más graves, José Fernando D. A., de 4 años, sigue en la UCI del Servet, con pronóstico grave por intoxicación. Su hermana de 12 años, Mabel D. A., dejó ayer la UCI y está ingresada en planta.

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