Los Mossos d'Esquadra han decidido ampliar como mínimo hasta el martes el dispositivo de vigilancia establecido en Figueres a raíz del tiroteo entre dos clanes familiares que el viernes acabó con la vida de un hombre en el exterior del cementerio municipal. A pesar del dispositivo, el sábado por la tarde un grupo de familiares de la víctima irrumpió en un domicilio de un familiar del presunto agresor causando importantes destrozos. En la casa no había nadie.
El dispositivo policial controla los accesos a Figueres, los pueblos de los alrededores y las inmediaciones del barrio gitano de Sant Joan. Este domingo se decidió ampliarlo para intentar evitar nuevos disturbios.
La alcaldesa de Figueres, Marta Felip, tiene previsto reunirse en los próximos días con los responsables del Departamento de Interior y de los Mossos d'Esquadra para determinar qué medidas se pueden tomar para evitar nuevos problemas.
Preocupación en la comunidad gitana
Felip se ha reunido estos días con algunos de los líderes de la comunidad gitana de Figueres, el pastor evangélico y dos de los patriarcas más destacados, que le han trasladado su preocupación por los hechos y por que puedan conllevar una criminalización del colectivo.
La alcaldesa también ha explicado que los hechos que acabaron con la muerte de una persona el pasado viernes, festividad de Todos los Santos, tenían su origen en una disputa de tipo conyugal.
Represalias entre clanes
Un grupo de entre diez y 20 personas, de etnia gitana, provocaron destrozos el sábado por la tarde a la casa del hermano del presunto homicida. La vivienda, situada en Santa Llogaia d'Àlguema (Girona), está siendo vigilada desde el pasado viernes, cuando hubo el tiroteo en el cementerio de Figueres.
Sin embargo, el grupo, aprovechando el cambio de turno de los Mossos d'Esquadra, llegaron en dos furgonetas, accedieron en el interior de la casa derribando la puerta de acceso principal y en cinco minutos destrozaron todo el inmueble. Todo apunta a que el grupo estaría formado por familiares de la víctima que murió este viernes.
En aquellos momentos, en el interior de la vivienda no había nadie a pesar de que allí vive una pareja con un niño. Según ha pudo saber la agencia ACN, los familiares del clan del homicida han abandonado la casa y el pueblo por miedo a posibles casos de revancha o represalias.
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