La reina Sofía celebra este sábado su 75 cumpleaños, una fecha señalada que celebrará en privado. Si bien puede ser el miembro mejor valorado de la familia real y que más apoyo recibe a través de las redes sociales, doña Sofía tampoco se salva de los abucheos ya habituales que les reciben en cada acto público que protagonizan. Su majestad esconde bajo una "fingida sonrisa" los escándalos que cada vez más deterioran la imagen de la familia del rey. Su principal cometido ahora es "que el príncipe Felipe sea rey para continuar con la dinastía y mantener la familia unida", explica la periodista Pilar Eyre, autora del libro La soledad de la reina.

Doña Sofía es una reina que también ha conocido el hambre y la miseria. "El exilio le marcó hasta los nueve años. Vivió en 22 casas diferentes durante la II Guerra Mundial", apunta la escritora, que está a punto de publicar Franco confidencial (Destino). Anunciar su noviazgo con el entonces príncipe Juan Carlos de España y el nacimiento de su hijo varón, el príncipe Felipe, son dos momentos claves en su vida. "Hasta el nacimiento del heredero no sintió que había cumplido con su papel".

Tras la muerte de Franco, el código de conducta conyugal pierde vigor y la reina, "perfectamente al tanto de todas las infidelidades de su marido", intenta irse a la India tras sorprender al rey en 1976. "Su madre la convenció: '¿Quieres ser una reina en el exilio? Puedes optar por no ser una esposa tradicional pero lo de reina ya no te lo quita nadie?'", relata Pilar Eyre. Doña Sofía recula pero "finaliza las relaciones íntimas" con el monarca.

La reina Sofía, que siempre se ha volcado con el desarrollo de la mujer rural, puede haber defraudado con su imagen de "mujer sumisa". En ocasiones ha demostrado públicamente su carácter e independencia, como cuando denunció a una agencia de citas extramatrimoniales por utilizar su imagen. "Pero ella misma se siente obligada a volver al lado del rey, a sonreír junto a él y a fingir que no pasa nada", cuenta la autora. Un sentido de la dignidad que le ha llevado a "anteponer su labor de reina consorte a ser madre y abuela", añade el periodista Jaime Peñafiel.

Gran amante de la música clásica, la soberana es fiel a muchas cosas. A su majestad, a su compostura como reina —"apoya incluso a su yerno (Iñaki Urdangarín) y a su nuera (la princesa Letizia)", apunta Eyre— y a su percepción de la responsabilidad—"como dijo el rey: 'es una gran profesional', ejerce de reina 24 horas al día", subraya Peñafiel—. Igualmente leal es a su estilo: "Se peina y se viste igual que hace 30 años". La continuidad en las imágenes oficiales o la necesidad de sujetar las tiaras podrían explicar por qué la reina Sofía es fiel a la laca, igual que la reina Isabel II de Inglaterra. Quienes la han visto en persona describen sorprendidos que la reina luce un "tipo fenomenal, con un cuello alto y una figura cuidada" que no se aprecia en las fotos.

Pocas cosas le quedan pendientes a doña Sofía. Simples deseos como "ir en un carromato de circo" son algunas de las pocas espinitas confesas de la reina de España. Una humilde voluntad que quizá esconde fuertes deseos sin revelar. En el fondo, "la reina continúa enamorada de su marido y su gran sueño es que el rey vuelva a su lado para envejecer juntos", afirma Pilar Eyre.

A pesar de protagonizar un matrimonio pactado, doña Sofía "se casó enamorada, ha sido una esposa sufrida y, para su desgracia, sigue enamorada", opina el cronista. "A la reina le hubiera gustado llevar otra vida en la que su matrimonio hubiera sido más estable y feliz", continúa Peñafiel.

Esta primera semana de noviembre suele ser motivo de celebraciones en Zarzuela. Este mismo jueves, la infanta Leonor cumple ocho años. Nieta y abuela soplarán las velas en sendas celebraciones íntimas y familiares, aseguran desde la Casa del Rey. Aunque "seguro que la abuela visita a la nieta", comentan. La reina de España continuará con su agenda oficial a partir del próximo martes, cuando tiene previsto presidir la entrega de los premios Mariano de Cavia. Seguirá así centrada en su rol de "reina consorte, un papel que cumplirá hasta la muerte", sentencia Peñafiel.